Hoy es para mí, elector socialista, un día de reflexión. El domingo día 13 voy emitir mi voto en el proceso de elección del futuro secretario General del PSOE. Pretendo ser respetuoso y no voy a manifestar cual es mi opción personal. Ni desvelar dato alguno que incline a algún elector hacia cualquiera de los candidatos en liza. Me limitaré a escribir una serie de máximas que me permitan compartir con mis lectores algunas conclusiones que considero apropiadas para un día especial.
Cuando se domestica el amor como fórmula de consumo y confort; se está matando al amor.
Cuando se mitiga el dolor sin controlar su origen, se está poniendo algodón al badajo que avisa del incendio.
Cuando se elimina el cortejo se destruye la ilusión de alcanzar lo imposible.
Cuando no se reconoce el esfuerzo, se está fomentando la vagancia.
Cuando se compra petróleo a Arabia Saudí, se está alimentado el yihadismo sunnita. Cuando se siembra el miedo, se recoge violencia y sumisión.
Cuando se protege excesivamente al niño se alimenta la indefensión.
Cuando se vive en la verdad absoluta, se está despreciando a los demás.
Cuando se controla la creatividad, se está robotizando a la humanidad.
Cuando se idolatra al dinero, se sufre más en la muerte.
Cuando se vive en la maldad, se muere en la soledad.
Cuando se ve todo negro o blanco, se desconoce la belleza cromática.
Cuando se quema un bosque, se está colaborando a un holocausto.
El odio es un veneno que destruye a quién lo crea.
El amor es un bálsamo que todo lo cura.
La felicidad es una quimera posible.
Para disfrutar hay que aceptarse.
Para aceptarse hay que conocerse.
Para conocerse, hay que controlar el ego
Quién invierte en afectos, tendrá un tesoro
Quién utiliza un privilegio para obtener nuevos privilegios, es un mezquino embaucador.
Quién engaña a un compañero, nunca será de fiar.
Si sabes, responde a tu prójimo, si no, pon punto en boca (Eclesiástico Mt 5, 12)
Hablar puede acarrear honra o deshonra y en la lengua del hombre estará su ruina (Eclesiástico Mt 5, 13)
Rey sin instrucción, ruina de su pueblo (Eclesiástico Sb 6,3)
He acabado con tres frases recogidas del Eclesiástico, por parecerme apropiadas. Las demás son descargas emocionales de un día de verano.
