Opinión

Las cadenas y la Pepa

Vivan las caenas”, gritaban desaforadamente los súbditos del rey Fernando VII, llamado por el pueblo “el Deseado”, proclamando su sumisión al absolutismo que los mantenía como esclavos de la Monarquía más abyecta en la Europa del siglo XIX. Fue tal la humillación voluntaria de la inmensa mayoría del pueblo español, que un grupo de siervos desenganchó los caballos que tiraban de la carroza real en la que se desplazaba el soberano felón, sustituyéndolos por personas que voluntariamente se ofrecieron para tal indigno cometido.

A pesar de las atrocidades cometidas por el despotismo, el monarca contó con la lealtad de una decadente España gris, convertida en “colonia” de los reinos absolutistas europeos que, temerosos del resurgir del bonapartismo revolucionario o liberal, no dudaron en enviar a España un ejército de cien mil soldados franceses (los llamados Hijos de San Luis) para consolidar el tiranía del viejo régimen. Desde aquel nefasto acontecimiento, España fue patrimonio exclusivo de la nobleza que mantuvo sus privilegios con la inestimable colaboración de la estructura social-militar-religiosa que imposibilitó el desarrollo industrial, cultural, científico, democrático… que se desarrollaba en los países europeos, que iniciaron un largo periodo hacia el reconocimiento de los derechos individuales que les llevaría a la democracia. Mientras en España los defensores del liberalismo fueron proscritos y por deseo del monarca enjaulados, desterrados o ejecutados, incluso héroes que se habían destacado como victoriosos defensores del macrofalosomico rey; entre ellos Juan Martín Díez, conocido como “el Empecinado”, que protegió al Monarca a pesar de su compromiso con los constitucionalistas; el rey desleal e ingrato ordenó su ejecución. Destaca también como defensor del absolutismo reaccionario Jerónimo Merino, “el cura Merino”, que después de luchar contra los franceses se enfrentó a los liberales defendiendo los derechos de Carlos M. Isidro de Bobón contra los de la reina Isabel II; el guerrillero Jerónimo murió en Francia.

¡Reflexiona ciudadano! ¡Hoy es un buen día para pensar, para descansar, para disfrutar de la vida! Aprovéchalo para gozar del afecto de los tuyos. En el conjunto de seres humanos que habitan en el planeta Tierra tú eres un privilegiado que goza de libertad y de derechos fundamentales que te brinda un Estado protector que se preocupa de que la Sanidad y la Educación sean públicas y universales. En España hemos superado el grito reaccionario de los esclavos “Vivan las caenas”; ese lema pertenece a un pasado oscurecido por monarcas ineptos o dictadores sanguinarios que mantuvieron España en la cueva del horror y lavaron los cerebros para controlar los pensamientos. Hoy podemos gritar “Viva la Pepa”, conmemorando la alegría que sentían los defensores de un sistema constitucional que abría la senda de la libertad. Vota por aquellos que defienden tus derechos respetando tu individualidad. ¡Que nadie piense por ti! 

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