He leído con interés el último libro del expresidente de la Xunta Emilio Pérez, Touriño “El horizonte europeo”. El texto no tiene desperdicio, el autor analiza en profundidad el pasado reciente de la Unión Europea. Critica con dureza los efectos negativos de la desregularización del mercado impulsado por las políticas neoliberales de Thatcher y Reagan. Pero, al mismo tiempo, no duda en criticar las políticas socialdemócratas de los últimos años que han dejado de ilusionar a los ciudadanos europeos que las consideran superadas por el devenir histórico.
La pandemia y la invasión rusa de Ucrania han puesto a la UE en la disyuntiva de afrontar los nuevos retos con la urgencia de reconstruir las democracias y volver a reforzar el Estado como impulsor de las transformaciones estructurales que recuperen las políticas públicas de corte socialdemócrata. Los programas de recuperación y rescate de la economía que han dañado los servicios públicos se ven entorpecidos por los desafíos que suponen el cambio climático, el envejecimiento demográfico, los movimientos migratorios, el aumento de la desigualdad, la corrupción sistémica de la clase política y la fuerza de la extrema derecha. Con valentía y lealtad, Touriño afronta en su análisis la urgencia de un nuevo paradigma que abra el camino a nuevos hábitos de un reformado capitalismo más social, más verde y sin control de las estructuras que operan con impunidad en los mercados financieros.
Touriño es un político de la vieja escuela, con una sólida formación académica, bregado en mil batallas, incorruptible y honesto. Está cualificado para generar “ideas” políticas y ha impulsado medidas sociales y estructurales que han mejorado la calidad de vida de los gallegos en el corto periodo en que ha presidido la Xunta de Galicia. ¿Cómo es posible que un perfil como el de Touriño pierda las elecciones teniendo como adversario a Núñez Feijóo? El poder mediático controla de una forma subliminal a la población, generando una opinión moldeable a los intereses de la élite financiera. Un iletrado puede ganar a un intelectual y muchos aplaudirán entusiasmados por los resultados electorales sin importarles que éstos condicionen su calidad de vida. A veces una caña de cerveza se valora más que un pediatra o un médico de cabecera.
Termino con una reflexión sobre la importancia que tiene la acción política sobre el futuro de la humanidad. La paz y la democracia son los pilares que sustentan el bienestar de la humanidad. Un país no es libre si el pensamiento de sus ciudadanos se encarcela en una prisión construida sobre las verdades absolutas. Se permite la libertad de expresión una vez que se ha destruido la libertad de pensamiento. La escolarización de los protagonistas del futuro se hace priorizando la competitividad y el éxito sobre la solidaridad y la felicidad. Gracias, Emilio, por compartir tu pensamiento libre y fructífero.
