Opinión

Más incertidumbre

El Viejo Milenario está inquieto, los resultados de las elecciones celebradas el 23 de julio abren un periodo de incertidumbre que en ningún caso beneficia al futuro del país. El empate entre los dos bloques ideológicos irreconciliables y enfrentados en temas de vital importancia imposibilita acuerdos teóricamente imprescindibles para poder combatir el contexto dantesco que está destruyendo la civilización. Las altas temperaturas, los incendios forestales, el calentamiento de mares y océanos, la explotación irracional de los recursos naturales, la contaminación del aire, la globalización de enfermedades tropicales… son realidades que asolan a la humanidad y singularmente a España. ¿Cómo es posible que haya dirigentes políticos que nieguen las consecuencias del cambio climático renegando de la ciencia? Si no hay voluntad de llegar a acuerdos en un tema tan trascendental, ¿cómo van a coincidir en los derechos individuales como la eutanasia, el aborto, la religión, el machismo o la identidad sexual? La falta de responsabilidad (en este caso de la derecha) ha quedado fraguada en el bloqueo del Consejo del Poder Judicial, lo que ha lastrado la Justicia durante un largo periodo.

El PP está recogiendo lo que ha sembrado a lo largo de la última legislatura; ha hecho declaraciones refrendadas posteriormente en la campaña electoral, pero en ninguna de ellas ha incluido propuestas que ayudasen a paliar los efectos negativos de la pandemia (boicoteó las recomendaciones de los expertos), de la guerra en Ucrania, de la crisis energética, de las migraciones. Sin embargo ha sembrado odio contra el nacionalismo periférico enfrentándose con los grupos catalanes, vascos y gallegos. En su profundo resentimiento contra Pedro Sánchez, lo ha insultado (Núñez ya lo hizo contra su adversario en las elecciones gallegas) y de llegar a gobernar, algo difícil pero no imposible, ha anunciado su intención de revertir las políticas del “sanchismo” tratando de deslegitimar al PSOE en su acción de Gobierno, y es tal su hipocresía y mala fe, que no dudan en solicitar a los socialistas “buenos” que apoyen, cual tránsfugas, la candidatura de Feijoo. Pero lo que ha definido a Núñez fueron sus mentiras y los pactos con su vástago de ultraderecha, que se visualizan como un retroceso en las conquistas sociales con ejemplos notables en los dos meses que han transcurrido desde las elecciones municipales y autonómicas. 

Descartado Núñez, ¿qué posibilidades tiene Pedro Sánchez de continuar dirigiendo los destinos de España? El Viejo cerró los ojos y con una voz apenas imperceptible pero con firmeza contestó que menos de un 30%. Los apoyos vendrían de organizaciones en muchos casos divergentes, cada partido trataría de justificar su apoyo gracias a las contrapartidas obtenidas en las negociaciones. Yolanda Díaz, ansiosa de recuperar liderazgo, tratará de asumir un papel fundamental en todo el proceso, no importándole el desgaste que eso supone de su aliado Sánchez y al partido que lo sustenta, un dividido PSOE; su ambición no tiene límite y no le importará reproducir el rol de Lope de Aguirre y para ello tratará de que sus heterógamos marañones sigan siendo leales a su persona; en su secreto pensamiento tratará de liderar a toda la izquierda aprovechando las debilidades del socialismo. Como émula de Lope de Aguirre, tratará de eliminar a su Pedro Ursúa, el inefable Pablo Iglesias, que empujado por su lícita ambición tratará de vengar a su fiel compañera, Irene Montero, primera víctima de Díaz. En este contexto, la presidencia del Gobierno se dirimirá en el mes de enero de 2024. Suponiendo que el algoritmo marroquí sea comprendido por los necios aspirantes a estadistas de baja estofa. 

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