Opinión

Recuerdos compartidos

El viejo milenario estaba satisfecho, había compartido con viejos camaradas momentos “singulares” de su ya lejana juventud. La mañana estaba fría, una intensa helada cubría de blanco los campos de la Limia. Sin embargo, como todos los días, había salido a dar su paseo crepuscular enfundado en su anorak y con calcetines de gruesa lana (cabeza y pies calientes; cuerpo caliente). Titubeaba con regularidad, lo que le producía una sensación de inseguridad que le obligaba a interrumpir sus reflexiones para centrarse en la calle. Sentía tripofobia desde que la calzada estaba en obras, por ello trataba de evitar los múltiples peligros que amenazaban su integridad. 

El día anterior le había llamado su amigo Agustín Perianes para recordarle que después de las detenciones de los implicados en el “Non pagar” y la tortura a que fue sometido Carlos Barros, él había interpelado a dos policías a la salida de una conferencia en los locales del Ateneo, recriminándoles su conducta por lo que le habían hecho a los detenidos. Como respuesta inmediata fue citado a comisaria al día siguiente. La más pequeña discrepancia tenía una respuesta violenta por los lacayos del Régimen. 

También había hablado con su camarada Paco López Cambeses, uno de los impulsores de la creación de CCOO en Ourense a principio de los años setenta. El movimiento obrero en esta provincia no tenía organización ni estructura, mientras que en Ferrol y Vigo contaba con una notable fuerza, con cientos de afiliados y una importante presencia en las principales industrias de Galicia. Cambeses conectó con trabajadores que destacaban por su implicación en la defensa de los más elementales derechos sindicales. Recordaba a Garrote, Piñeiro y algunos trabajadores de la antigua Prodiresa. La llegada a Ourense de sindicalistas expulsados de sus empresas en otras provincias dinamizó la implantación de CCOO, como fue el caso de Eugenio Lorenzo Alcalde o de Juan Quirós. Pero la organización no tuvo su estructura bien definida hasta el nombramiento del primer secretario provincial, José Luis Lobato Martínez. A pesar de la debilidad del sindicato, se resolvieron muchas demandas de trabajadores despedidos gracias a la ayuda de abogados comprometidos con las libertades y los derechos laborales, como Carlos Cerviño, Fernando Randulfe o Pedro Peaguda. Hay que destacar la primera sede del sindicato en la calle de San Miguel a nombre de Ernesto Gómez del Valle, y la implicación del que sería secretario general José Gómez Gómez; por supuesto, no se puede olvidar el trabajo realizado por Xesús Redondo Abuín. Cambeses recuerda con orgullo la implicación en el trabajo sindical de su mujer, Marisa Santos.

El anciano milenario gozaba cuando compartía recuerdos con sus antiguos camaradas y amigos. Decidió llamar a Paco Magide Bizarro, vencedor de varios procesos electorales en el mundo sindical de la enseñanza, triunfos compartidos con su inseparable compañero Abelardo Conde. Magide es un incansable trabajador; alcalde y concejal en Parada de Sil, configuró un ilusionado grupo que está convirtiendo su municipio en referente de cultura, medio ambiente y servicios. Demostrando que apostar por la Galicia rural tiene futuro. Magide recordó la época en que fue responsable de organización del PCG en Ourense, cuando el viejo milenario era responsable político de la citada organización. Ambos recorrieron la provincia y recordaron el acto donde hubo la entrega de carnés con la presencia del secretario general, Santiago Álvarez.

El sol brillaba con intensidad, una agradable temperatura se imponía a la helada matutina, el viejo milenario apagó su ordenador. Sin duda los veteranos amantes de la libertad habían dejado su semilla para que las futuras generaciones siguieran avanzando hacia un mundo más justo. 

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