Opinión

DEJAR PASAR, DEJAR HACER

Los mercados financieros exhiben un poder omnímodo sobre los estados. Los gobiernos necesitan sus préstamos para seguir funcionando, y para obtenerlos han de pagar elevados intereses. En el caso de España, los que entienden del tema dicen que el país no puede resistir tales exigencias. En resumen, somos rehenes de unos poderes financieros que, hoy en día, no controlamos.


Esta es, pues, la inquietante realidad a la que asistimos: el poder financiero ha logrado que el tradicional poder político del Estado pase a un segundo plano. ¿Solución? Consistiría en que el BCE concediese créditos generosos a los países en apuros. Ello conseguiría eliminar el monopolio brutal de los mercados. Por lo visto, la canciller alemana, Angela Merkel, no está por la labor: piensa que de este modo los 'periféricos' seguiríamos sesteando bajo el manto 'maternal' de la poderosa Alemania. Todo lo dicho nos lleva a preguntar: ¿Quién ha dado tanto poder a los mercados financieros? Fueron los poderes políticos, dicen.


El actual liberalismo económico -cuya cuna la meció en el siglo XVIII el escocés Adam Smith, sigue más fiel que nunca al viejo librecambista 'laissez faire, laissez passer'. Necesitamos, pues, de forma urgente, que el Estado se fortalezca para hacer frente a tanto abuso.

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