Opinión

La Gurtel y Montesquieu

Asistimos a los prolegómenos del juicio que dictaminará sobre los presuntos corruptos de la trama Gustel. Desde luego, no es sin tiempo. Sabemos, al respecto, que miembros del tribunal designados (los de más peso) son "jueces conservadores".

El hecho está provocando una fuerte contestación. Los críticos sostienen que jueces, como en este caso, nombrados por el partido en el Gobierno no pueden ser neutrales. En teoría, los jueces son por definición imparciales nómbrelos quien los nombre.

Dicho esto, cabe una pregunta: ¿La sociedad en su conjunto entenderá esa impacialidad? En asuntos tan delicados no basta con ser honrado, también se necesita parecerlo.

Montesquieu formuló su teoría sobre la necesaria separación de los tres poderes del Estado. Y ello ha de ser así para que nadie pueda abusar de su austeridad. Sin este fundamento no puede funcionar una democracia plena. En consecuencia, "es menester que, por la disposición de las cosas, el poder frene el poder".

Montesquieu era una persona alegre, llena de vitalidad, que gozaba leyendo y estudiando. "El estudio -dice- ha sido para mí el remedio soberano contra los disgustos de la vida, no habiendo alimentado jamás un pesar que una hora de lectura no disipase".

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