Opinión

Se imponen acuerdos básicos

Las pasadas elecciones del 24-05-15 han puesto de manifiesto la pluralidad política de una sociedad que, sin dudarlo, rechaza mayorías de gobiernos que puedan ejercer el poder sin control y su arbirio. 

Ahora, estamos en un largo compás de espera, expectantes por saber si esa pluralidad cuaja en gobiernos que pongan los intereses de la gente por encima de sus particulares apetencias.

La confianza depositada exige, sin paliativos, una cosa: unión básica en el esfuerzo por sacar al país del prolongado marasmo en que se halla. De no ser así, una vez más el pesimismo y la desesperanza tomarán carta de naturaleza respecto a lo político.

La democracia tiene muchas ventajas. Una de ellas consiste en poder retirar (o dar) la confianza a los que compiten en la "res pública".

¿Y si ocurre que la ciudadanía vota a aquellos que demostraron una y otra vez ser venales en su hacer público?... Pues sucede que la tal ciudadanía queda absolutamente descalificada.

Alguien dijo al respecto: "La democracia posee al menos un mérito: que un miembro del Parlamento no puede ser más estúpido que sus electores, porque cuanto más estúpido fuera,tanto más estúpidos serán ellos por elegirle".

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