Opinión

NOVATADAS

Las 'novatadas' entre estudiantes aquí en nuestro país no suele conllevar riesgos serios. Pasan por ser algo normal, una especie de 'divertimento' tradicional sin consecuencias mayores.


Lo ocurrido hace semanas en Santiago (dos alumnos a punto de perder la vista), generó cierta alarma en la gente, siendo noticia destacada en los medios de comunicación. Sorprendieron, al respecto, las palabras de uno de los lesionados que justificaba lo ocurrido: las novatadas -vino a decir- no deben alarmar a nadie, menos prohibirlas. Reconocía, eso sí, la necesidad de emplear un mínimo sentido común.


Esta liberación de energías mozas más o menos peligrosas pienso que serán comunes en las universidades europeas. En las antiguas universidades alemanas iban acompañadas de un primitivismo hoy inconcebible. Peleaban unas facultades contra otras, se retaban alumnos civiles contra cadetes de academias militares, el duelo a sable o pistola era habitual.


El filósofo Fichte -rector de la universidad de Berlín- intentó desterrar tales prácticas, pero fracasó. Rüdiger Safranski cuenta que un estudiante golpeó a otro alumno judío por negarse a pelear con él. El joven judío apeló al rector y el asunto llegó al Tribunal de honor. Resultado: no sólo fue castigado el agresor, sino también la víctima. Fichte protestó, pero ni caso le hicieron.

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