En un artículo reciente aparecido en un medio de notable difusión, su autor trasmite un mensaje inquietante: la revancha alemana está en acción; de nuevo nos invade Alemania. Para hacer más viva su tesis, compara la Alemania de Hitler -que en 1939 lanzó la Wehrmacht a la conquista de Europa- con la actual regida por Angela Merkel. Si el dictador nazi lo hizo a lo bestia, Frau Merkel practica la revancha por medio de su incontrastable poderío económico, y siempre con una leve sonrisa en los labios.
Por descontado, a nadie se le ocurría pensar que aquella Alemania derrotada, humillada y obligada a una rendición sin condiciones, podría resucitar de sus propias cenizas cual Ave Fénix y llegar a la preeminencia actual.
En este resurgir no hay nada milagroso. El prodigio está en el tesón del pueblo alemán cuya disciplina es proverbial.
En la actualidad, Angela Merkel quiere imponer orden espartano en los países del euro. Su dedo acusador apunta hacia los llamados 'periféricos' (PIGS)... No manifiesta comprensión hacia ellos, y -echando mano del más elemental sentido común- aconseja que nadie gaste más de lo que ingreso. De hecho, se opone a toda medida de rescate como no sea la de apretarse el cinturón.
