Opinión

De nuevo Julio Camba

Un amigo me informa de que han salido a la luz pública las páginas más iconoclastas de Julio Camba. Estos escritos, cargados de "vis" revolucionaria, se refieren a su etapa de intenso fervor anarquista. Uno desconocía los encendidos mensajes del famoso vilanovense.

Me es difícil olvidar a Camba. ¿Por qué? Porque, en una especie de autosacrificio que me impuse después de leer a Rosalía de Castro, vine a parar a una de aquellas escuelas de la época de Franco donde no había casi nada capaz de ilusionarme. En aquellas circunstancias, los libros de Camba ("El destierro", por ejemplo) fueron para este pecador una auténtica terapia y contribuyeron a inyectarme humor y optimismo para seguir adelante.

Con la experiencia que dan los años, sabemos que cuando uno lleva tiempo fuera de Galicia, el país se convierte en un ideal que no resiste el contraste con la realidad. Al fin, el idealismo de Camba se fue apagando. Ahora sí, en estos textos que anuncio, el joven revolucionario gallego se jugó su libertad e incluso la propia vida. No vale califiar a Camba como "de derechas de toda la vida".

Expulsado de Argentina, Camba sigue en España con sus escritos subversivos. En 1904, es juzgado en Barcelona y da con sus huesos en la cárcel. "Los juicios de la época -escribe el comentarista- eran utilizados como propaganda de la Idea, pero Camba, en un caso posiblemente único en la historia, se dedica a meterse con su abogado". Camba escribe al respecto: "Y he aquí el detalle inadmisible, cómico, ridículo de un juicio oral. D. Pascual Domenech, el abogado que me defendía -¿me defendía realmente?- Yo no estoy conforme con mi patrocinado -decía- ¿Por qué Cristo me patrocina entonces?...

Te puede interesar