Opinión

EL PAPA EN ALEMANIA

En su reciente visita a Alemania, Benedicto XVI reiteró una vez más su absoluta condena al régimen nazi, imperante en Alemania durante doce años (1933-1945). Siendo él alemán y hablando en tierra natal, no podía ser de otra manera. Así, habló con la comunidad judía, manifestando su voluntad de reconocimiento y reparación hacia el pueblo judío y de rechazo hacia los que tanto daño causaron. Calificó a Hitler de diabólico dios pagano.


Ciertamente, los judíos fueron víctimas a través de la historia de programas y odios racistas, tanto en países católicos como en ortodoxos y protestantes. El papa también hizo mención de Lutero, al que calificó de hombre entregado por entero a Dios. Llegados a este punto y hablando de antisemitismo, el reformador dio sobradas muestras de odio visceral hacia los judíos. Su inquina al respecto fue tan irracional como lo sería la de los hitlerianos cuatro siglos después. Lutero es autor de un escrito panfletario titulado 'Sobre los judíos y sus mentiras'. En él, entre otras cosas dice: 'Sería incorrecto mostrarse misericordioso con los judíos y confirmarlos así en su conducta. Si esta política tampoco soluciona el problema, debemos expulsarlos como perros rabiosos, de tal modo que no nos hagamos cómplices de su abominable blasfemia y no despertemos la ira divina y seamos condenados con ellos'.

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