Según noticias, en Sabadell su propio alcalde dirigía una trama de corrupción increíble. ¿Increíble? Este 'caballero' -supuestamente- exigía a las empesas que pretendían acometer obras en el municipio un fuerte 'impuesto revolucionario' en forma de comisión inicial de 20 mil euros. Esto, de entrada; luego -para redondear la faena- requería el tres por ciento del presupuesto de la obra.
Muy seguro de sí mismo debía de estar este 'capo' cuando en las últimas elecciones catalanes, revestido de autoridad moral, no tuvo empacho alguno en lanzar anatemas contra formaciones políticas que le eran adversas.
