Opinión

¡VAYA EJEMPLO!

Un exministro inglés ingresa en prisión para cumplir una sentencia de ocho meses por haber mentido a la policía. Resulta que hace diez años este político conducía a más velocidad de la permitida, le acompañaba su esposa. Para evitarle una pérdida de puntos y el descrédito ciudadano, la buena señora se autoinculpó. ¡Ella era la que iba al volante!


Transcurrieron diez años y el asunto estaba completamente olvidado. Pero o demo que non pega ollo hizo que este hombre cayese en tentación: se lio con otra y abandonó a su mujer.


Es ahora cuando la esposa traicionada, 'en un ataque de sinceridad', se fue a la justicia y contó toda la verdad.


Después de una década, la justicia británica salda cuentas con unos mentirosos de alta clase. Ambos están en la cárcel. ¡Todo un ejemplo!

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