Opinión

Cartas Galicia - Madrid: "Por no hablar de las generales" y "Sánchez Cree que somos idiotas"

Querido compadre Quero:

Mi experiencia en la mesa electoral bien, gracias. No recordaba nada tan divertido desde el día que se me resbaló de las manos un cuchillo jamonero y perdí un testículo. Como consecuencia de tanto entusiasmo democrático me he pasado toda la semana sin ver absolutamente nada que tenga que ver con las elecciones, ni con los alcaldes, ni con la política, ni con la madre que los parió a todos. No es nada personal, solo negocios.

Esto me permite escribirte de las cosas bonitas de la vida, que la política lo emponzoña todo. El jueves, sin ir más lejos, que firmaba yo mi novela ‘Rosas de papel’ en la Feria del Libro de Madrid, el mismo día en que el libro se estrenaba en las librerías, con todo viento en popa para dos horas de alegría, besos y distensión, y dos minutos antes de la firma, tronó, oscureció, y comenzó el diluvio, que se prolongó exactamente hasta las nueve, hora en que yo terminaba el acto. No hay mal que por bien no venga: nunca hasta ese día había firmado paraguas.

Deduzco por el entusiasmo de unos y las caras largas de otros que Sánchez se ha pegado un topetazo en lo suyo. No voy a llorarle. Llegó hace cinco años con una mentira, jamás debió ser presidente, y jugó siempre al borde de la ley con la única astucia de la testosterona. En la vida, y esto ya no es política, esta clase de personas acaban tarde o temprano recibiendo la medicina que parecen pedir a gritos cada día de su existencia.

En el aspecto intelectual, tengo que contarte, compadre, que siento una necesidad imperiosa de comerme un buen cachopo y, tan lejos de Asturias, no acabo de encontrar el momento ni el lugar. Te llamaré para consultarle, que tú, como zampabollos mayor de la capital del reino, seguro que sabrás llevarme al corazón de uno de los ricos.

Atravesamos unos días de tanta zozobra e incertidumbre que hasta parece que se nos va a desgajar nuestro Real Madrid, al menos el que tan felices nos ha hecho estos últimos años. Creo que podría asumir que salga, si no hay más remedio, Benzema, lo que no podría soportar es que se fuera Modric. Ojalá todo se vaya desmintiendo y que aún nos quede una temporada más de transición de veteranos a jóvenes.

¿Y qué me dices de los precios del supermercado? Da igual lo que sea que vayas a comprar, y da igual lo que pensabas que te harían pagar, sea como sea, todo es siempre más caro de lo que podrías calcular, ya calculando que fuera muy caro. Me asombra, no obstante, que esto no le importa a nadie. A veces, algunas noches tontas, me pregunto dónde está el final, o sea cuánto podemos aguantar los españoles esta situación de empobrecimiento semanal constante de las familias y las empresas, mientras los gobernantes nos hablan de cosas que no nos interesan lo más mínimo en estas circunstancias. Es inevitable recordar entonces aquella vieja y sabia viñeta del gran genio Mingote, a quién echo de menos cada mañana al leer la prensa: “la clase trabajadora empieza a estar harta y en cuanto haya un Gobierno de derechas nos van a oir”.

Que sí, que te conozco, que ya sé que estás inquieto porque te hablo de todo menos del 23 de julio, que es Santa Brígida de Suecia, según señala el santoral. Esta santa recibía visiones de Jesús, la Virgen y otros santos. En estas visiones le encomendaban misiones que casi siempre consistían en llevar mensajes a religiosos o políticos, porque esta santa estaba muy bien relacionada en los círculos del politiqueo medieval. De modo que yo lo único que espero es que el próximo 23 de julio se nos aparezca Santa Brígida con un mensaje escueto y claro para Pedro Sánchez: “venga, que te pires”. 


Querido compadre Itxu:

La última vez que hablamos estábamos con el recuento de las elecciones municipales y ahora ya preparándonos para votar en las generales. ¡Cómo pasa el tiempo! ¡Una semana ya! Tras este largo periodo es normal que estés algo perdido por lo ocurrido el domingo pasado y lo que ha venido después, mientras tú firmabas libros en la feria del paraguas. Me siento obligado a ponerte al día. El resumen es que Pedro Sánchez perdió las elecciones y recibió de sus fieles asalariados una larga ovación. Jamás una derrota fue tan aplaudida. Entre medias, el presidente decidió que no era momento de analizar su fracaso, sino el error cometido por los españoles al no votarle a él. Su conclusión es que los electores somos idiotas porque no sabemos a quién debemos votar y, por lo tanto, había que convocar unas elecciones generales en la peor fecha imaginable para que vote el menor número de españoles posible.

En medio de esta estrafalaria situación, ha ocurrido algo serio. El jueves, lo que queda del PSOE histórico, aquellos que procuraron al partido sus mejores años, se reunieron en Madrid para hacer lo que no han hecho los palmeros de Pedro I El Guapo: analizar los resultados. Cándido Méndez y Nicolás Redondo, ante una abarrotada sala en la que tuve la suerte de encontrarme, abogaron por el regreso a la política del diálogo, el acuerdo y el consenso, alejada del frentismo de bloques ideológicos, y sobre todo que defienda el modelo constitucional y la democracia parlamentaria. Es decir, un Partido Socialista, no un Partido Sanchista. Te detallo algunas frases de Nicolás Redondo: “Es imposible que una sociedad mejore cuando en el Gobierno está un partido como Podemos. No hay antecedentes en la historia. Podemos tiene poco aprecio a la libertad individual. Nos dicen qué tenemos que pensar, hacer, decir y sentir. Menosprecian la libertad. Ellos no se acercan a los problemas para solucionarlos, sino que en cada uno de los problemas ven una ocasión para extender su ideología contraria a la democracia representativa. Podemos no sólo le ha quitado el sueño al presidente, sino la ilusión al PSOE. Somos un partido resignado y dispuesto a cualquier aritmética imposible con tal de seguir gobernando”.

A Redondo le quedó su intervención como su apellido y definió el actual discurso del PSOE como una “fórmula discursiva de los años 30, en un ambiente de confrontación radical y total”. Y continuó analizando los motivos del fracaso electoral: “los garantes de la estabilidad del Gobierno son ERC, que dos años antes había protagonizado un pronunciamiento anticonstitucional, y Bildu, que reivindica la acción terrorista de ETA cada vez q pone a un expreso en sus listas o hace homenajes a los etarras”. “Hemos extirpado el tipo penal de sedición y de malversación para beneficiar a personas concretas. Esto atenta contra el Derecho, los principios de igualdad y el principio de la universalidad”. Por otro lado, se ha aprobado la ley del sí es sí, con la que se hacen efectivas las sentencias “antes de celebrarse el juicio y, encima, provoca la salida de violadores a la calle”. “Con todo esto, ¿quién no es capaz de entender los resultados?”. “El único perplejo del resultado es Tezanos”. “¿Qué hace una persona seria y responsable ante una situación como esta? Plantear un debate sobre las causas de la derrota. Lo valiente no es echar un órdago, sino enfrentar la responsabilidad. La huida hace adelante es muy peligrosa. La política no es una profesión, es una pasión. No se puede venir a un partido para vivir, sino para dar y no se puede hacer de un partido una organización personal”. Nada más que añadir.

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