Opinión

Cartas Galicia-Madrid: "Navidad, navidad" y "Tan señaladas, tan señalados"

Querido compadre Quero: 

¡Feliz Navidad! Qué bonitas son estas fechas, que por alguna razón se dicen “señaladas”, que tú que tanto sabes del idioma, tal vez puedas explicarnos qué significa tal cosa. Pero qué bonitas están las calles en estos días, qué bien nos sienta olvidar un poco los sinsabores de la actualidad política, y qué bien nos sienta que los políticos se marchen a casa durante unos días, que lo mejor que le puede pasar a un español en 2022 es que el Gobierno no trabaje.

Supongo que habrás terminado de poner el Belén, que Madrid estará tan iluminada como estas calles gallegas, y que habrás empezado a dar abrazos eternos en las cenas navideñas a tipos que verás al día siguiente en el trabajo con esas ojeras tan características del arrepentimiento. ¡Sí, pero que te quiten lo bailado!

Qué bonito volver a ser niños durante unas semanas, vestirse con elegancia hogareña para la cena de Nochebuena, detenerse en los ojos brillantes de los críos en las horas previas a las reuniones familiares, y entonar en familia alguna oración al Niño para que nos cuide un año más, que lo vamos a necesitar.

Sobre todo lo vas a necesitar tú, porque está al caer el día 22, el día de la lotería, y tengo entre mis planes forrarme: ya he comprado tres bobinas de plástico adhesivo. No, en serio, vamos a hacernos ricos, y lo digo en plural, porque me voy a hacer rico yo y Hacienda, ya sabes. Es asombrosa la fe que seguimos teniendo en el sorteo de Navidad, incluso aunque cosechemos una colección de fracasos que en cualquier otro ámbito de la vida nos llevaría desistir; y sin embargo, sucumbimos a la tentación de esa pregunta aterradora y peligrosísima, que creo que incluso fue claim del spot de lotería tiempo atrás: “¿y si cae aquí?”. Cuando la respuesta es muy sencilla: si cae aquí, le tocará a otro.

Pero no quiero robarte la ilusión en estos días de paz, armonía y villancicos. Es tiempo de celebrar viejos rituales que el mundo posmoderno todavía no ha logrado erradicar, y creo que deberíamos aferrarnos a ellos con más fuerza que nunca, porque su significado, incluso en las tradiciones más nimias, hace de la Navidad algo profundo, en cierto modo transformador, siendo lo más característico el abrazo festivo y familiar de la conmemoración del Nacimiento del Niño Dios. Ni por pereza, ni por apatía, deberíamos dejar de ponernos hasta arriba de turrones, de mover a los Reyes Magos día a día en el Belén, de entonar los villancicos que aprendimos de nuestros abuelos en Nochebuena, de abrazar con sinceridad exaltada por las burbujas etílicas de la fiesta, de jugar a las cartas en familia hasta la madrugada, de solazarnos en Que bello es vivir un año más, y de levantar en brazos a un crío sobre las masas para que pueda ver al paso las carrozas de los Reyes Magos. 

Es tal la belleza, la preciosa melancolía, de estas fechas, que por fin dejamos de lado eso tan extraño de la solidaridad, y volvemos a ejercer la caridad, participamos en campañas en benéficas, llevamos dulces y regalos para los pobres a las parroquias, y nos acordamos de acompañar a los que acaban de perder a alguno de sus seres queridos. 

En fin, compadre, a estas alturas de mi carta ya habrás deducido que me gusta la Navidad, y que todo lo bueno que hay en la mía cabe en la Canción para la Navidad de José Luis Perales y en el emocionante villancico de Luis Aguilé, sin que eso me impida danzar con una copita de champán entre las manos al ritmo y jolgorio de Rosana con su “En Navidad”. 

Deseo de corazón que pases unos días bonitos con los tuyos, a ti y a todos nuestros queridos lectores. Por si no lo había dicho aún: ¡Feliz Navidad!

Querido compadre Itxu:

Ya veo que te gusta la Navidad más que a un turronero. Es curioso que me preguntes por la acepción de “fechas señaladas” justo hoy, que me encuentro en el Valladolid de Delibes, tan fiel a la riqueza del castellano. Intentaré responderte. El participio del verbo señalar presenta distintos significados dependiendo de su uso. Al referirse a estas fiestas, destaca el carácter insigne de las mismas. Sin embargo, si se aludiera a una persona, señalada, se trataría de alguien especialmente distinguido por su reputación, para bien o para mal. Las personas pueden señalarse por prestigio o por desprestigio, así que al fin y al cabo cualquiera puede ser señalado, sea un zoquete o un líder. En ocasiones, incluso, ambos pueden ser la misma persona.

Pongamos un ejemplo. Imagina que un señalado líder territorial del PSOE comparece públicamente y dice: “No es tolerable pactar con los delincuentes su propia condena ni es de izquierdas apoyar unos privilegios territoriales que se traducen en desigualdad. Es un momento duro que me duele como español y militante. Coger dinero público y desviarlo para un uso manifiestamente ilegal es pura corrupción y de la más grave. No pienso comulgar con esta rueda de molino”. Eso no es lanzar una señal, eso es señalarse. 

Y ahora deja de imaginar, porque exactamente esas son las palabras pronunciadas por el socialista García Page, a la sazón presidente de Castilla La Mancha y secretario general de este partido en esta Comunidad. Cabría pensar que tales pedradas a Pedro tendrían como consecuencia el voto contrario de los diputados manchegos a la iniciativa gubernamental pactada con los independentistas. Pues no. Han votado a favor mansamente, como corderitos del Belén de tu salón. Así es como Page acaba señalado, en la acepción de censurado, y transformado en señalado acogotado. Y así es también, y en resumen, como un Page se convierte en paje. 

Patxi Pachá López, bufón del caudillo Sánchez, dice que no habrá referéndum de independencia en Cataluña. La trayectoria del Partido Sanchista evidencia que es conveniente traducir lo contrario. Porque cuando dicen no es sí, cuando dicen sí es no y cuando dicen sí es sí, las cárceles se vacían de violadores. Los okupas de la memoria del PSOE, los que mandan ahora en Ferraz, son más de sentenciar a los jueces que de garantizar las condenas de los delincuentes. Por eso amenazan a los magistrados. Por eso se muestran como una amenaza para la Justicia y el Estado de Derecho. Porque con tal de prolongar la estancia de su excelencia en el Palacio de la Moncloa son capaces de tragar sapos, tunear leyes, fabricar otras a medida de los delincuentes y hasta pisar a sus mayores más señalados, a sus señalados barones territoriales y a cualquiera que ose oponerse a la línea oficial dictada, que quedará inmediatamente señalado. Desde que el candidato Sánchez dijese aquello de no dormiría tranquilo con Pablo Iglesias como vicepresidente, no ha habido afirmación presidencial que no contradijera la realidad. Sánchez podría pasar a la Historia como el mayor embaucador del nuevo siglo, aunque lo que le llenaría de satisfacción sería hacerlo por desenterrar un cadáver. “Pues vaya gloria”, como ha ironizado esta misma semana Alfonso Guerra, señalado socialista que marca la diferencia entre un líder histórico y un líder histérico.

Espero haber aclarado tus dudas, compadre. Y espero también, estoy seguro, de que celebrarás estas fiestas señaladas como Dios manda. Mis mejores deseos de felicidad para ti y para esos lectores tan señalados que curiosean nuestra correspondencia en un medio tan señalado como es La Región. ¡Feliz Navidad!

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