Opinión

Cartas Galicia - Madrid: Se nos caerá el pelo

Itxu Díaz - Se nos caerá el pelo

Querido compadre Quero:

Camino por la playa con ese gustirrinín que da en los pies saber que los políticos están de vacaciones. Te escribo con el agua por las rodillas y cada bichito que veo nadando por la orilla, o arrastrándose por las rocas, pienso en lo que rico que estaría en uno de esos arrocitos que cocinas. Que supongo que a esta hora estarás ya matando jabalíes a cabezazos para prepararte el tentempié de media mañana, allá donde estés de vacaciones, que no será Madrid, porque es Semana Santa y Madrid entero está aquí a mi alrededor, que lo estoy viendo yo con estos ojos y escuchando en esta ensalada de acentos, que comparado con el tibio canturreo gallego, el madrileño parece que está proclamando el Apocalipsis en cada exclamación, ya sea para comentar que el agua está un poquito fría o para señalar que a la niña se la acaba de comer un tiburón.

Confieso que he pasado una Semana de Pasión extraña, porque el triunfo del Madrid contra el Chelsea, más que una estación penitencial, ha sido lo más parecido al Cielo en la tierra. Y cuando aún no me había recuperado de la fiesta, cayó el Barcelona, que yo no me alegro, ya sabes, Dios me libre, todos somos hermanos, etc, pero menuda botella de vino caro abrimos el jueves en casa para celebrarlo.

Pero dejando el tema de las pelotas, quiero prevenirte sobre algo que ocurrirá mañana, por si tienes previsto regresar a Madrid. Sánchez está de vacaciones, espero que en Marte o Júpiter, y rezo para que sea abducido y se vaya a subir impuestos a los alienígenas. Pero mientras eso no ocurre, el tipo amenaza con regresar al primer plano este lunes, en el programa de Susana Griso, a la que desde aquí acompaño en el sentimiento. Lo digo porque, si te lo puedes permitir, te recomiendo que no salgas de tu madriguera vacacional hasta que pase el Lunes de Pascua, porque no tengo la menor duda de que su propósito será amargarnos el roscón, y como es el que corta el bacalao del BOE, lo tiene fácil. ¡Si hasta le ha quitado la sal al pan, qué no hará con el roscón!

Sánchez vendrá con todos sus rencores contra los españoles desplegados, porque leo en una encuesta de El Mundo que el 85% de los ciudadanos no traga con la tesis del Gobierno de que los precios están subiendo por culpa de la guerra. Supongo que el 15% restante piensa que el encuestador se refiere a la guerra entre los ministros socialistas y comunistas; aunque nunca he creído lo más mínimo en esas supuestas tensiones internas en el Consejo de Ministros.

Todavía me acuerdo cuando Sánchez nos vendió que Nadia Calviño estaba ahí para imponer su cordura y mantener a raya las locuras comunistas. Por entonces filtraban a la prensa cosas como “Calviño, de corte liberal, pone pie en pared contra el sector comunista del Gobierno”. Y, qué idiotas, nos lo creímos, durante un par de meses. Luego ya vimos que Calviño es un bluf, otra que por mantener la silla es capaz de arruinar a toda la nación antes de plantar cara a Sánchez y decir lo que toda España piensa: que cada vez queda menos tiempo, que o se baja la presión fiscal o el país morirá de inanición, mientras el Estado explotará de obesidad confiscatoria. Pero no. Nadia Calviño resultó ser Nada Calviño.

En fin, compadre, lo del Gobierno me inquieta, pero lo que realmente me quita el sueño es la noticia que he conocido en el chiringuito. Que España es el segundo país del mundo con mayor índice de alopecia, que ahora entiendo lo que me está pasando, que ya hasta me han llamado para hacer el anuncio de la lotería de Navidad; hablaré de ti, que me han dicho que solo tengo que decir unas palabras sobre el gordo.

Javier Quero: En cien años, todos calvos

Querido compadre Itxu:

Celebro saber de ti. Y me alegra aún más saber que estás con el agua a la altura de las rodillas. La mayoría de los españoles está con el agua al cuello. Reconforta constatar que tu línea de flotación se halla a la altura de las corvas, pues de llegar a la barriga se aceleraría el ascenso del nivel del mar. No sé si eres consciente de ese efecto que viene ocurriendo como consecuencia del deshielo de los polos. Es un fenómeno que debería preocuparte porque, si nos quedamos sin hielo, a ver qué vamos a echar a los cubatas. Teniendo en cuenta tu perímetro abdominal, abstente de adentrarte más en el mar o el nivel oceánico empezará a subir al punto de desplazar la actual costa gallega a la comarca de Las Hurdes.

Dicho esto, lamento contradecir tu pronóstico sobre mi destino en Semana Santa. Me he quedado en Madrid. Pensaba ir a la playa, pero se me encendió la reserva del coche y aún no he encontrado avalista para llenar el depósito. Me cuentas tu desazón sobre la vuelta de vacaciones de Pedro Sánchez para hacernos la pascua. En realidad, el hombre este que preside el Gobierno nos ha sumergido en una Semana Santa continua. Cuando no hay domingo de ramos hay derramas. Con lo quemados que estamos los españoles, todos los miércoles podrían ser de ceniza. Mientras esperamos la resurrección del empleo, él se lava las manos como Pilatos. Y nosotros, como Jesucristo, agonizamos rodeados de ladrones. Incluso cuando pretendemos esbozar una sonrisa, lo hacemos a sabiendas de que la procesión va por dentro. Sólo nos queda esperar un milagro.

Hablando de milagro, espero que hayas conseguido frenar tu alopecia. Me preocupa que España sea el segundo país del mundo con mayor número de calvos. Esto refrenda la advertencia de las autoridades económicas europeas: “si siguen ustedes así, se les va a caer el pelo”. Supongo que tener como dos últimas vicepresidentas a Calvo (Carmen) y Calviño (Nadia) no ha ayudado. Pero no debes deprimirte, querido Itxu. Eso tiene arreglo. Me refiero a tu calvicie, no a lo de las vicepresidentas. Siempre te quedará Turquía. Hasta hace poco, a este país partían miles de vuelos repletos de pelones que regresaban como recién salidos de una fábrica de muñecas. Ahora ya no es necesario viajar tan lejos. No sé en Orense, pero en Madrid crecen los establecimientos de injertos capilares. Me dicen que sale a un euro el pelo. Teniendo en cuenta que un ser humano tiene entre diez mil y quince mil pelos en su cabeza, ya sabes lo que te puede costar lucir pelambrera como José Bono. De no ser por los implantes, el expresidente manchego, bien podría sustituir a Kiko Matamoros en Supervivientes. Ahora que lo pienso, José Bono es el paradigma del superviviente, pero ese es otro tema. Si el objetivo es presumir de melena, ¿qué son 15.000 euros? 15.000 euros apenas darían para comprar una docena de mascarillas en el Ayuntamiento de Madrid, donde ahora se ha sabido que unos piratas de medio pelo no se cortaron un pelo al importar mascarillas defectuosas y tomar el pelo al personal vendiéndolas al doble del coste.

Hazme caso, Itxu, la ocasión la pintan calva y la solución te vendría al pelo. Hay opciones más baratas. Por 300 euros pueden peinarte los sobacos hacia arriba, pero no queda igual. Piensa en el implante y mira a Iker Jiménez en cuya frente podían disputarse partidos oficiales de frontón. El pelazo de Iker, eso sí que es un misterio y no lo que cuenta en su programa. Y si a pesar de todo, optas por lucir calva con dignidad y resignación, tampoco es mala cosa. Al fin y al cabo, en cien años todos calvos. Bueno, tú un poco antes.

Cuídate.

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