Opinión

Cartas Galicia - Madrid: El calentamiento global de los españoles

Itxu Díaz - El calentamiento global de los españoles

Querido compadre Quero:

Llevo un montón de horas entre las llamas, celebrando San Juan. Apesto a pescado y humo de un modo tan intenso que, después de olerme a mí, si metes la nariz en una sardina asada te parecerá flojita de aroma. Lo que más me gusta de San Juan es que es la única noche del año en que a todo el mundo le parece bien tirar cosas al fuego. En cualquier otro momento, la gente llama a los bomberos o a la policía científica, si lo que has tirado a la hoguera se mueve y sabe hablar. 

Supongo que en Madrid también estaréis de fiesta. Ayuso ha vuelto a ganar en los tribunales a la izquierda, demostrando que la inmensa trama de corrupción familiar que hizo pegar grititos a todos los tertulianos progres, no existía. No sé cuántas veces ha derrotado a sus enemigos la presidenta, pero yo me lo pensaría antes de volver a intentar tumbarla. Estos no. Volverán. Más moral que el Alcoyano.

También es cierto que los nuevos enemigos de Ayuso son bastante bizcochables. Todavía recordamos cuando un Iglesias en horas altas se cruzó en su camino y montó un pollo descomunal presentándose a las elecciones de la Comunidad para “frenar el fascismo”, y los madrileños decidieron frenarlo a él. Ahora, en cambio, sale la hija de Verstrynge, que es una chiquilla así como sin cocer, y va a Barcelona a rajar de que en el Madrid de Ayuso no hay árboles, cuando hasta en Pakistán saben que Madrid es la tercera o cuarta ciudad más arbolada del mundo. Para colmo ha llamado despectivamente “mamotreto” al Santiago Bernabéu por estar “en el centro de la ciudad sin tener en cuenta las necesidades de los vecinos”; que se ve que desconoce que la única necesidad real que tiene un madrileño es ir a ver al Real Madrid. Ha estado bien la presidenta contestándole: “Del templo no se habla así”.

Hay una noticia que me ha dejado a cuadros. Resulta que la aeronave más grande del mundo volará en España para vuelos cortos nacionales. No es un avión. Es un zepelín de 92 metros de largo. La parte positiva es que al parecer es menos contaminante. La negativa es que no supera los 130 kilómetros por hora. Pero sin duda lo que más me fascina es que puede aterrizar en cualquier sitio. O sea que estarás tu en tu calita de Cullera, con la panza al sol, la gorra calada y la cervecita en la mano, y de pronto se hará la sombra, te aturdirá un ruido espantoso, no sé, como un disco de Maluma, y te aterrizará encima un zepelín con 600 chinos haciendo fotografías y exclamando “chinchun chinchinchon”, que en español quiere decir “bonita playa, qué tío más gordo”. 

Lo que imagino, compadre, es que estás ya contando las horas para el comienzo de la cumbre de la OTAN en Madrid, que te imagino comiendo palomitas en la puerta del Palacio Real a la espera de que comience la cena de gala y poder ver ese despliegue de mesura, sencillez y cercanía que desprenden los amos del mundo. Pero no debería inquietarte tanto, porque yo puedo avanzarte lo que ocurrirá: llegará un chorreo histórico de jet privados, los coches oficiales se desplazarán a toda la leche, cada uno de ellos con un séquito de cien policías en moto, amén de otros autos de seguridad. Y cuando al fin logren arribar en Ifema a contarnos cuál es el futuro de la alianza atlántica, subirán uno tras otro a la tribuna de oradores a exigir que dejemos de usar el coche y el avión, y que apostemos por la bicicleta y las peregrinaciones a pie, porque la hora de salvar el planeta es “ahora o nunca”. Al término, se montarán en los coches y saldrán los cientos de vehículos atravesando Madrid hasta volver a sus jets y largarse a otro sitio a predicar sobre el calentamiento global. Pero mira, para calentamiento global, el de los españoles a fin de mes.

Javier Quero - Biden y el pelmazo

Querido compadre Itxu:

Celebro tu celebración de San Juan con San Miguel. O con Estrella Galicia, que es más de allí. En estos lares tal fiesta pasa desapercibida. Aquí no queda nada por quemar. Ya estamos todos quemados. Y además, aquí no hay playa, vaya, vaya.

Te aclaro la duda sobre el número de querellas superadas por Ayuso en los tribunales: 22. Veintidós ocasiones en que la izquierda ha intentado ganar en los tribunales lo que no ha conseguido en las urnas. Y nada. La presidenta madrileña es como ese rasca y gana en el que uno raspa la superficie plateada de un cupón hasta que le aparece la odiosa frase “siga intentándolo”. Si yo pretendiera derrocarla, que no es el caso, me pensaría continuar ese camino, pues se cumple aquello de “lo que no te mata, te hace más fuerte”, acuñado por Nietzsche, que era un señor muy pesado con un bigote como las escobillas de un lavadero de coches. Como bien dices, la nueva victoria de Ayuso está siendo muy celebrada en Madrid y en el PP, salvo por Pablo Casado, que acabó divorciado del resto por este asunto.

Efcetivamente, en Madrid, esta semana recreamos la obra maestra de Berlanga, “Bienvenido Mr. Marshall”, en versión cumbre de la OTAN, y no nos falta de nada. Si intentar acceder al centro antes ya era una aventura, ahora será una desventura. Las calles tienen más cortes que el que intentó afeitar a un tigre para facilitar el trasiego de comitivas, coches oficiales, escoltas y vendedores de kleenex. Los máximos mandatarios del mundo occidental pasarán por aquí y serán recibidos por el Gobierno, que se ha dividido las tareas entre quienes les darán la bienvenida y quienes se manifestarán para que sepan que no son bienvenidos. El presidente de la banda de ambos bandos está encantado. ¡Por fin se reunirá con Biden! Y esta vez no será un fugaz encuentro en un pasillo, como aquella ocasión en que lo persiguió como el carpetero de una ONG. ¡No! Ahora, el presidente norteamericano visitará Moncloa, y allí no tendrá escapatoria. Sánchez ya ha preparado concienzudamente el itinerario de la visita: 09:00 h, recibimiento, apretón de manos, sonrisas y fotos. 09:05 h. más fotos, esta vez dando el otro perfil de su bello rostro. 09:10 h, selfies. 09:45, más selfies. Y así. Si consigue escapar de Palacio, Biden tendrá la sensación de que no le habían hecho tantas fotos ni el día de su boda. Me preocupa un poco este señor. Se le ve delicado de salud. No está para aguantar pelmazos.

Comentas la poca utilidad de este tipo de cumbres internacionales y no puedo evitar recordar la explicación del sistema de funcionamiento habitual de otro mastodonte como es la ONU. Ya sabes, ante el conflicto entre un país grande y uno pequeño, desaparece el pequeño. Si el problema es entre dos países pequeños, desaparece el problema. Y cuando el choque se produce entre dos países grandes, la que desaparece es la ONU.

Lo seguro es que para Pedro El Guapo ésta será la semana fantástica. Asuntillos sin importancia como la inflación, los precios de la energía y el combustible o la próxima carencia de pollos en los supermercados pasarán a un segundo, qué digo a un segundo, ¡a un tercer plano! Ni siquiera ocupará una mínima parte de su pensamiento el batacazo electoral en Andalucía. Sobre esto, el círculo más próximo del presidente comenta que Pedro Sánchez tiene que hacer algo con el PSOE. Creo que más bien es el PSOE el que tiene que hacer algo con Pedro Sánchez. Pero en el partido no hay quien le tosa porque lo que en su día fue una formación con sentido de Estado es hoy una deformación en estado de sinsentido. Hagamos el favor de no molestar al presidente. Está ante el espejo ensayando su sonrisa para las fotos con Biden.

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