Opinión

Cartas Galicia-Madrid: "A votar" y "Lo que está mal aquí"

Querido compadre Itxu:

Hoy es el día. Domingo 23 de julio. Aunque si preguntas a Tezanos, podría afirmar que es martes 32 de febrero con toda seguridad. Toca votar gracias a la genial ocurrencia de Pedro Sánchez, que a la típica pregunta de “qué prefieres, playa o montaña”, respondió: elecciones. Ese fue el resultado del mal resultado, el que lo convirtió en el único presidente del Gobierno de España que pierde unas municipales sin presentarse. Impresentable.

Espero que hayas reflexionado bien en la jornada de ayer, aunque has tenido cinco años para hacerlo, que tú eres muy de dejar las cosas para última hora. Venga, levántate ya y ve a votar. Lávate la cara primero. En la mochila te he puesto un yogur y una manzana. No hables con desconocidos. No te entretengas por el camino y procura llegar al colegio electoral antes de que las primeras lipotimias causadas por el calor provoquen las primeras bajas entre los presidentes y vocales de mesa. Si cualquier jornada electoral es caliente, la de hoy será tórrida. Dicen que pondrán ventiladores a pie de urna. Espero que no sean los mismos que esparcieron estiércol durante la campaña. Lo que está claro es que en estos comicios se van a ganar el sueldo los carteros y los médicos de urgencias.

Es importante que la pereza o la tentación de tumbarte en la playa o acodarte en la barra del chiringuito no te desvíen de tu principal deber en el día de hoy: votar. No lo digo porque sea la fiesta de la democracia ni todas esas zarandajas habituales, sino porque hoy los ciudadanos tenemos la oportunidad de manifestar nuestra opinión, a la cara y a la urna, sobre lo que ha hecho el responsable del desgobierno de los últimos años. Habrá quien esté de acuerdo con el pacto legislativo con Bildu o con el indulto a los independentistas condenados o con la modificación a la carta del delito de secesión y malversación dictado por los secesionistas y malversadores, o con la excarcelación de violadores o con haber alcanzado la mayor deuda pública de la Historia, el doble que la Eurozona. Estos ya han elegido la papeleta, la papeleta que nos deja Sánchez como herencia política. Habrá quien no esté conforme con los decretazos, las mentiras rebautizadas como cambios de opinión, la transformación de parados en fijos discontinuos para maquillar los datos del empleo, el nombramiento de fiscal general de una ministra y la injerencia en general en las principales instituciones del Estado, la adopción de una nueva postura genuflexa ante Marruecos o la radicalización y la cancelación social de todos los que piensen diferente, por citar sólo algunas de las cuestiones que han adornado la permanencia de Sánchez en La Moncloa. Estos son los que hoy no pueden obviar la cita electoral.

Si algo hemos aprendido de Sánchez es su capacidad para pactar hasta con el diablo, si es necesario, para mantenerse en el poder. La trascendencia de lo que ocurra hoy se queda chica frente a lo que suceda mañana, con el resultado en la mano. En la legislatura acabada, España ha pagado el pacto. En la venidera ya se ha pactado el pago. Se calculan alianzas y también el precio del escaño de apoyo al peso, y al pesoe. Los de ERC ya anuncian fuertes subidas en su tarifa. Bildu, lo mismo. ¿Verdad, Susana? Si te parecen altas las temperaturas de este domingo, espérate al lunes. Ahí es donde se va a sudar de verdad si, además de determinante, Abascal quiere ser protagonista. Feijoo quiere ser presidente sin Vox pero con voto. Sánchez quiere ser persistente con voz, con voto y con quien sea. Y los electores, en medio, conteniendo la respiración por si hay golpe de calor y golpe de color.

Querido compadre Quero:

No me olvido, no. Llevo haciendo simulacros desde hace cinco años. Tengo papeletas de mentira y una caja de galletas con un agujero que hace de urna. Y varias veces al día, voto. Ahora por fin podré hacerlo con todas las de la ley, que mis elecciones domésticas son un poco como el butifarréndum catalán, pero menos corruptas. 

Al fin es 23 de julio, Santa Brígida, que tuvo visiones durante toda su vida, recibiendo el encargo de trasladar mensajes de las Alturas a líderes políticos. No sé si entre las misiones de la santa sueca estaría decirle a Sánchez que se largara a su casa, pero en todo caso confío en que esta noche, cuando sea el recuento, surja un nítido grito de las urnas al todavía presidente: “vete y no vuelvas”. Más que una aparición, yo rezo para que se produzca una desaparición. 

Hasta Galicia han llegado los rumores de que el reciente protagonismo de Zapatero tiene que ver con un posible plan del expresidente para suceder a Sánchez, después de que este se deje la piñata contra las urnas. ¿Aún estamos así? Hace algunos días, estando yo en La Coruña, ocurrieron una serie de desgracias inexplicables: una multa de aparcamiento por un fallo en la maldita aplicación móvil, un pequeño accidente doméstico con herida en un brazo incluida, un camión de bebidas perdió parte de su carga en una curva, junto a mi casa, y un accidente imposible colapsó el centro de la ciudad. Andaba yo meditando si sería martes y 13 o algo por el estilo cuando recibí una noticia que me heló la sangre: “acaba de terminar el mitin de Zapatero en La Coruña”. Lo de ese muchacho es increíble. Si se queda media hora más nos arrasa un tsunami, o se nos cae la Torre de Hércules, o se derrumba el cielo sobre nuestras cabezas, como temían en Astérix y Obélix. 

En esta España partida que los políticos irresponsables han logrado dividir por la mitad, en este bucle de buenos y malos, pocas cosas logran unirnos. Una de ellas ocurrió el pasado fin de semana, cuando supimos de la muerte de Ibáñez. La España que se empeña en dividir el PSOE, al final, solo la unen Mortadelo y Filemón, que dieron también a mi niñez algunos de los momentos más divertidos que recuerdo. Pero la izquierda ha enfermado tanto que algunos políticos, incapaces de abstraerse del 23-J, dieron su pésame en las redes sociales por la muerte del dibujante añadiendo coletillas para tratar de llevarse al muerto y su obra a alguna clase de contienda política. Antaño este tipo de cosas me enfadaban, por la mezquindad infinita que representa, hoy solamente me entristece. Están tan poseídos de ideología que no pueden desprenderse de ella ni para leer un Mortadelo. Pobres.

En fin, compadre. Ni tiempo habrá de alegrarnos si se produce el cambio. Me cuentan mis expertos en finanzas que el Gobierno se ha encargado de dar triple capa de maquillaje a los datos económicos en los últimos meses, y que el próximo inquilino de La Moncloa podría morir de un infarto tan pronto como se entere de la mochila real que han dejado Sánchez. El próximo Gobierno de derechas tendrá un largo trabajo para tapar las grietas que el presidente más irresponsable de la historia de España ha dejado, y deberá hacerlo con la izquierda incendiando las calles, porque buscarán vengar en la calle su fracaso, en vez de hacer autocrítica y comprender que no todo vale, que Sánchez ha sido Sánchez, el comunismo castrista de la Yoli, los protectores de ETA que homenajean a los que asesinaron por la espalda a los nuestros, Garzón, que se caería de cualquier proceso de selección de personal antes incluso de abrir la boca, los secesionistas y sus indultos, los amigos internacionales de los narcorégimenes, y un montón de sinvergüenzas más. Sánchez es todo lo que está mal. 

Te puede interesar