Opinión

Cartas Galicia-Madrid: "Pedro en chino se dice Chulín" y "Nos engañan como a chinos"

Querido compadre Itxu:

La buena noticia es que Pedro Sánchez se fue a China el jueves. La mala, que regresó ayer. Para el círculo sanchista se trata de un encuentro de importancia planetaria. Para el resto, Sánchez viaja a China con el único propósito de hacerse un selfie con Xi Jinping. Las relaciones entre ambos países ofrecen extrañas coincidencias, como que hace años China envió a España una osa panda llamada Chulín y ahora España osa enviar a China al presidente más chulín con su panda.

En Moncloa han echado el resto para preparar este viaje a conciencia. Lo más difícil ha sido hacer entender a la ministra Irene Montero que el dirigente chino se llama XI y que no se traduce como undécimo en números romanos. Pero salvo esa cuestión, todos alrededor de Sánchez esperan mucho de este viaje, al menos rentabilizar el combustible del Falcon que de vez en cuando el presidente usa para asuntos oficiales. En lo que sí ahorraremos es en traductores. Hay que reconocerlo. Rajoy terminó su mandato sin pronunciar una palabra que no fuese castellana o gallega y aun así costaba entenderle. Zapatero hablando francés reencarnaba a José Luis López Vázquez persiguiendo turistas en el cine de los 70. Y Aznar creía que hablar inglés consistía en hablar español con acento mejicano. Eso ha cambiado. Al fin tenemos un presidente que maneja con soltura el español, el inglés y el francés. Eso le capacita para mentir en tres idiomas diferentes.

Entenderse sin interferencias será importante, puesto que entre los temas propuestos por el Gobierno español en el encuentro bilateral se encuentra la solicitud de que China ofrezca más facilidades a las empresas españolas, que de ponerles dificultades ya nos encargamos en España. Y a nadie se le oculta que la guerra de Ucrania ocupará parte de las conversaciones. Ahí es donde Europa se inquieta. El presidente del Consejo Europeo se ha esforzado en dejar claro a Sánchez que no representa a Europa, por más que esté salivando con la presidencia comunitaria que le llegará en pocos meses. Parece que en el Consejo Europeo ya le van conociendo.

La turra que están dando con este capítulo de Pedro en China no es casual. La panda que dirige lo que queda del PSOE tiene clara su apuesta internacional para intentar remontar las encuestas, cada vez más en cuesta. Hay tácticas que no les están dando el resultado previsto. Por ejemplo, en Madrid la consigna era cargarse a Ayuso con la sanidad pública como munición idónea. Durante semanas, Madrid (Ayuso) copó los argumentarios con que Ferraz alimenta informaciones y tertulias en sus medios de afines. El seguimiento de la huelga fue ridículo, si bien es cierto que lograron reunir muchos miles de personas en la calle llamando asesina a la presidenta de Madrid, dando la impresión de que un orzuelo era patología suficiente para morir por culpa de la deficiente calidad de la sanidad pública madrileña. Esa era la idea. Y ahora, el giro argumental: acuerdo alcanzado, huelga desconvocada, manifestaciones olvidadas y, agárrate, el informe oficial de la Comisión Europea que sitúa Madrid como la región europea con mejor Sanidad. A esto se le llama efecto boomerang. No tengo duda de que el equipo de comunicación de Ayuso ya trabaja en exhibir la sanidad pública como gran bandera electoral. Y eso a pesar de que tradicionalmente PP y Comunicación son términos opuestos. En la otra banda, al PSOE solo le queda ofrecer la imagen de un Pedro Sánchez líder internacional que oculte la realidad de su mandato, consistente en “encontrar problemas donde no los hay, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados” (Groucho).


Querido compadre Quero:

Asisto con cierto asombro a tu estreno como experto en relaciones internacionales. Yo te hacía más de andar por casa: ya sabes, fútbol, paella, y Miami Vice. Contigo nunca se sabe. Pero estoy de acuerdo: que Sánchez vaya a China a pedir facilidades para las empresas españolas, cuando es el Gobierno de España el que se encarga de poner todas las trabas posibles a los empresarios, tendría su coña si la petulancia e incompetencia del Narciso de La Moncloa todavía nos hiciera algo de gracia. De todos modos, el chino no va a reírse del chiste. El tirano Xi Jinping tiene el sentido del humor justo para purgar a un par de correligionarios al mes y poco más: eso sí, el tío se parte cuando en pleno congreso del Partido Comunista aparece la policía secreta y se lleva a uno de los suyos con poquísima discreción; tipo al que obviamente nadie volverá a ver. 

A Sánchez le han contado los suyos que China es un destino fácil, apoyando la tesis en la inquietante y antigua exclamación tan española de “¡los engañaron como a chinos!”. De ahí el presidente ha deducido que, siendo el embustero más profesional de los mandatarios del momento, no habría nadie más preparado que él para tomarle la medida a Xi que, a fin de cuentas, además de dictador comunista y tipo sin escrúpulos, es chino y –piensa Sánchez- por tanto fácilmente confundible. Yo tendría cuidado, porque ahí donde lo ves, y aunque parezca que está siempre como ausente y que le molesta el sol en los ojos, Xi Jinping tiene todo el aspecto de desayunar carne humana.

De puertas adentro, compadre, en plena Semana Santa nos va llegando a cuentagotas la información, ya analizada por expertos en la materia, de los sablazos que prepara Hacienda gracias al IRPF y las cotizaciones sociales, que equivale a la cristiana costumbre de rezar el Via Crucis en estas fechas. La reforma de las pensiones de Escrivá incluye un atraco sin precedentes a los trabajadores que ganan más, pero sin olvidar que elevará la fiscalidad a la totalidad de empleados y autónomos, que supongo que se lo han ganado, los muy desgraciados, por trabajar, en vez de estar chupando del bote de las ayudas y subvenciones para los que se dedican a la contemplación de las obras públicas municipales. Gracias a la reformita enloquecida –y siempre electoral- de Escrivá, los impuestos al trabajo confiscarán el 50% de las rentas de 20.000 euros en adelante.

El planteamiento es fácil si conoces cómo funciona las cosas en ese Consejo de Ministros que parece presidido por el príncipe de la mentira. El ministro dijo que para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones era necesario contener el gasto, de modo que el documento final deja el gasto tal y como está, y lo apuesta todo a incrementar los ingresos a base de chuparle los higadillos a cerca de 20 millones de sufridos trabajadores. Para, finalmente, resultar que el sistema es igual de insostenible que antes, salvo que cuenten con una intervención divina que, de momento, no nos han comunicado. 

Hasta el Financial Times ha chillado con la propuesta de Sánchez en su artículo “La solución española para las pensiones: que paguen los más jóvenes”. Explica el diario que “ante el envejecimiento de la población y los costes disparados, España ha optado por subir las cotizaciones antes que recortar las prestaciones”. El truco de los trileros de La Moncloa queda al aire tras su nebuloso “mecanismo de equidad intergeneracional”: “aunque su nombre alude a una redistribución de los mayores a los jóvenes”, dice el Financial Times, “en realidad implica que las personas en edad de trabajar tendrán que aportar más al sistema de Seguridad Social”. Brillante. Que siga la fiesta.

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