¿Por qué nos gusta el baloncesto? ¿Por qué recorrer cientos de kilómetros para saborear cuatro días de este deporte? Pues el primer día de la competición quedó claro. Porque contagia, se vive, se sufre, se celebra y se llora. Porque pasas de estar hundido al cielo en pocos segundos. Porque te permite creer en los sueños de los más pequeños y en el de los equipos más poderosos.
Vitorianos, tinerfeños, andorranos y madrileños fueron los primeros en alentar y sufrir con sus equipos en el Buesa Arena. Un pabellón en el que se respira baloncesto en cada uno de sus rincones. Dando la magia necesaria para la competición más bonita del baloncesto nacional, una Copa del Rey que enamora y odias a partes iguales según el resultado de tu equipo. Una competición que atrae seguidores de toda las puntas del país. Huesca, Asturias, Galicia, Badalona, Cáceres, da igual de dónde, la esencia es sentir el baloncesto. Sin animar a sus propios equipos, pero con la sensación de disfrutar de un espectáculo maravilloso, con una preciosa ciudad de fondo como anfitriona.
Abrieron el show Baskonia y Tenerife. Los locales dieron el juego necesario para que su numerosa y ruidosa afición hiciera vibrar a los imparciales. Los canarios hicieron creer que podría llegar la sorpresa, pero en el parqué, un coloso Shane Larkin guió a los suyos en los momentos difíciles y en los que la pelota se convierte en una patata caliente. Suyo fue el primer MVP del torneo. Tuvo rival, Grigonis sacó su mejor versión para intentar meter a Tenerife en las semifinales, pero se quedó con la miel en los labios. El partido, digno de una competición que tuvo su segundo asalto entre la revelación de la temporada, Morabanc Andorra, y el campeón del pasado año, el Real Madrid de Pablo Laso.
Andorra convertido en David, acompañado de un pequeño pero incesante y ruidoso séquito de aficionados plantó cara a un Real Madrid que llegó a tierras vascas con una hinchada dispuesta a pintar de blanco las gradas de un Buesa Arena que no les recibió con agrado. Silbidos y mucha presión contra los líderes de la ACB. Tras un reñido partido y una prórroga, la balanza cayó del lado madrileño que jugará las semifinales. Aunque en las gradas, fueron los andorranos los más destacados.
La primera jornada no defraudó. Restan tres días del mejor baloncesto español. La magia del baloncesto no duerme.
