Opinión

SI CERVANTES VOLVIERA

Si Cervantes levantara la cabeza y volviera a Alcalá de Henares, pienso que huiría asustado. Ver que los representantes municipales de su ciudad natal han aprobado una moción tan liberticida, como la que hemos visto, seguro que se sentiría muy sorprendido. No en vano puso en boca de Don Quijote estas palabras: 'La libertad, Sancho, es como uno de los más preciosos dones que a los mortales dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida' (Don Quijote de la Mancha, 2ª parte. Capítulo 58).

En efecto, ¿qué es sino un ataque flagrante a la libertad religiosa la bronca oficial que el Ayuntamiento alcalaíno ha lanzado contra el obispo de la ciudad, monseñor Reig Pla? Veamos por qué. Cualquier confesión religiosa ha de tener libertad para definir lo que es pecado y lo que no lo es. Pero, al parecer, en Alcalá de Henares, para que un líder religioso pueda definir lo que es pecado, antes debe consultar al Ayuntamiento.

Es cierto que la Iglesia defiende su postura sobre la homosexualidad no sólo como una cuestión religiosa, sino que aporta argumentos de derecho natural. Pero esta realidad no debe ocultar que también es una cuestión religiosa y por lo tanto la decisión del Ayuntamiento de Alcalá, criticable con argumentos de razón, también es un ataque a la libertad religiosa.

La raíz del conflicto está en reducir la libertad religiosa a una simple libertad de culto. Como si la libertad religiosa se limitara a poder salir en procesión por las calles o permitir que los creyentes puedan ir los domingos a los actos religiosos de su iglesia. En realidad, los poderes públicos han de garantizar que cualquier confesión religiosa pueda tener su propio cuerpo doctrinal con sus dogmas y su concepción de lo que es pecado y cuáles son las obras buenas. Si a la libertad religiosa le suprimimos la autonomía de fijar contenidos doctrinales, resulta un envoltorio vacío, viene a ser como si a alguien le regalamos un hermoso paquete de regalo, el cual al abrirlo ve con asombro que no contiene nada.

Una intervención de las autoridades civiles en estas materias es una injerencia intolerable y los creyentes haremos bien en resistirnos y jugarnos la vida como dijo Don Quijote y como demostraron, entre tantos otros, los santos Justo y Pastor, mártires en Alcalá de Henares en el siglo IV.

La libertad religiosa ha sido definida como la primera de las libertades, pues es como la piedra de toque de todo el sistema de libertades de un país. En beneficio de todos los creyentes y no creyentes quiera Dios que sea respetada debidamente.

Te puede interesar