Opinión

Estamos con la Iglesia en Nicaragua


Sigo de cerca con preocupación y dolor la situación creada en Nicaragua que involucra a personas e instituciones”. Con estas palabras, el Santo Padre Francisco se unía este pasado domingo, en el momento del Ángelus, al clamor de la Iglesia universal, ya que desde hace tiempo, pero de manera especial en estas últimas semanas, los católicos del mundo miramos a Nicaragua. Este amado país de Centroamérica lleva tiempo sufriendo una situación de grave deterioro en el respeto de los derechos humanos, consecuencia de una dictadura cruel e inhumana.

Sabemos, gracias a la prensa libre, que en los últimos años se está llevando a cabo una persecución contra la Iglesia Católica: robos, sacrilegios, profanaciones, iglesias quemadas, encarcelamiento de sacerdotes, expulsión de las Misioneras de la Caridad -Hijas de la Madre Teresa de Calcuta-, cancelación de todas las ONG vinculadas a la Iglesia, cierre de las radios católicas, expulsión del Nuncio de su Santidad, un Obispo y varios sacerdotes exiliados, etc. En estas últimas semanas la situación ha ido empeorando y se ha producido además la detención y secuestro de Monseñor Rolando José Álvarez, Obispo de Matagalpa, y de varios sacerdotes y laicos, entre ellos dos seminaristas.

Como Iglesia que peregrina en Ourense sentimos más viva que nunca la comunión eclesial con nuestros hermanos nicaragüenses, sabiendo que también ya algunos viven entre nosotros, y nos unimos con ellos a la Pasión de Cristo. En nuestra Diócesis, en los últimos veranos y Navidades, hemos gozado de la presencia de sacerdotes de Nicaragua que han colaborado con humildad y entrega en todas las labores pastorales que se le han pedido en diversas zonas del territorio diocesano. Es por ello que con más motivo y como un deber de justicia y caridad, suplico a todos los hijos de Dios que vivís vuestra fe en estas tierras de Ourense, que con nuestra oración y ayuda nos unamos al llamamiento del papa Francisco y de la Conferencia Episcopal Española, junto con todos los católicos del mundo.

Os ruego a todos, especialmente a los sacerdotes, para que hagan llegar esta súplica a todos los fieles, y así seamos muchos los que recemos y ayudemos al pueblo nicaragüense. En especial se lo suplicamos a su patrona, la Virgen María en su Inmaculada Concepción, para que se devuelva la libertad a todas las personas presas por motivos ideológicos y de fe, que se restablezca la libertad de culto y de acción para la Iglesia. 

Como propuesta concreta pido a todos los sacerdotes que en todas las Misas que se celebren el próximo domingo, 28 de agosto, se haga esta petición expresa y que en las próximas novenas que vamos a celebrar a nuestra Madre la Virgen, en el mes de septiembre, se lleve a cabo una mayor concienciación sobre lo que están sufriendo nuestros hermanos católicos en Nicaragua y en otras partes del mundo y, con ellos, tantos hombres y mujeres inocentes. En la Oración de los Fieles no nos olvidemos de hacer una oración por la paz en el mundo, por los cristianos perseguidos, para que se respeten los derechos humanos, en particular en los pueblos martirizados de Nicaragua, Ucrania y en varias naciones africanas. 

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