Opinión

POR TANTOS

Con el lema: La Iglesia contribuye a crear una sociedad mejor, este año se acerca a nosotros el Día de la Iglesia Diocesana 2012. Es esta una jornada que todavía no entró del todo en nuestros corazones porque pensamos que eso que llamamos Iglesia es algo lejano a cada uno de nosotros y sólo la identificamos con la estructura externa: obispos, curas, religiosos, templos… ¡lo que se ve! Sin embargo, aun siendo repetitivo, la Iglesia tiene un rostro, que reverbera en cada bautizado, desde el Papa al último que se incorporó a ella.

Por otra parte, en este Año de la Fe, queremos ser conscientes de que este gran regalo, que pocas veces agradecemos en serio, nos lo concedió el Buen Dios por medio de la Iglesia. Es ella la que nos da a Jesucristo, a pesar de todas las miserias que podemos encontrar en sus miembros más destacados. Sólo a través de ella podemos recibirlo como una persona viva y llena de amor misericordioso.

Sin la Iglesia, Cristo se diluye, se evapora y queda convertido en una fantasmagoría, un producto de la sociedad de consumo que lo usamos cuando lo necesitamos y lo tiramos cuando nos molesta.

Algunos siguen pensando aquello que hizo furor en algunas modas teológicas: Jesús, sí; Iglesia, no. El uno, sin la otra, es un sinsentido. Jesús, sí; Iglesia, también. Si percibiéramos a la Iglesia como una familia, la nuestra, a pesar de estar en crisis, seríamos conscientes de que también ella, con tantos sufrimientos y tantas necesidades requiere nuestra ayuda.

¿Te imaginas lo mucho que podríamos hacer con tantos pocos?; calcula por un momento, si todo aquel que se dice católico colaborase con una oración y un euro. El resultado sería extraordinario. Más aportación a la solidaridad: Cáritas. Más posibilidades para atender a la recuperación de los templos o a la construcción de lugares adecuados para el culto, la catequesis y la atención digna de los fieles. Más recursos para conservar el patrimonio artístico disperso por nuestra geografía, tan rico y tan necesitado. Más atención a las misiones diocesanas dentro y fuera de Ourense…

Si somos más generosos, nos beneficiaremos todos –creyentes y no- ¡porque la Iglesia no cierra sus puertas a nadie!, y además, disfrutaríamos de una sociedad mejor porque ella, la Iglesia, ha sido y sigue siendo generadora de auténtica ciudadanía.

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