Son carteles que, vayas por el centro o por la periferia muestran comercios de todo tipo que están en esa situación. No sucede lo mismo con los que pertenecen a franquicias que tienen sucursales aquí. La nueva corporación y el gobierno, sea el que sea, tiene que hacer frente a esta sangría que va dejando sin el pequeño comercio y sin autónomos a nuestra ciudad. Soy consciente de que no puede intervenir, pero sí legislar para que las cargas que soportan y que no les dan para vivir con su negocio, sean más llevaderas y puedan seguir. No olvidemos que desde muchas décadas, diría más de un siglo, fueron los que dieron vida a nuestro querido Ourense. Ajustar plantillas, el sistema ya utilizado desde los años 80, vuelve a ser el medio para ganar competitividad ahorrando en costes laborales, a lo que se añade otro viejo conocido los ERE: prejubilaciones y despidos a los 50 años con el coste que supone para el sistema de pensiones
Los especialistas, y el acuerdo sin fisuras de los integrantes del nuevo Concello recién elegido, son los que deben reunirse y acordar las medidas precisas para que esta sangría desaparezca, sabiendo que ni desde la Xunta ni del Gobierno gentral vamos a recibir dinero. Por eso repito que los elegidos por Ourense en esas instituciones tienen que hacerse oír, y si es preciso votar en contra de lo que le partido diga siempre que sea contrario a los intereses de nuestra ciudad y provincia. No olvidarse de las fuerzas sociales, ni de las agrupaciones de pequeños comerciantes y autónomos que conocen, por sufrirlo, bien el problema.
Los mismos carteles los podemos aplicar a la población, cada día más envejecida. “Se alquila” lo podemos utilizar para los que trabajan con contratos basura, por meses, por horas e incluso por trabajo realizado. “Se traspasa”, a los que pasan al paro por cierre, despido o un ERE. “Se vende”, a los jubilados cada día más numerosos y, por lo que se está oyendo, con menos dinero. Es un problema que no va tan separado del que abordé anteriormente, por lo que habría que tenerlo en cuenta en las soluciones de las reuniones propuestas. La “liquidación total” se explica por sí solo. Es preciso resolverlos para evitar una ciudad muerta. Poco importarán después los grandes proyectos que nadie disfrutará.
