Opinión

Ciencia y religión

La relación entre ciencia y religión nace cuando el hombre empieza a razonar, y la encontramos prácticamente en todas las culturas del planeta. Dependiendo del lugar del mundo y de la época se puede ver que fueron conflictivas, armónicas e incluso complementarias. Ambas nacen de la necesidad de dar una explicación al mundo que nos rodea, y conforme se va conociendo se extiende a todo el Universo. Actualmente la mayoría de los científicos, filósofos e intelectuales creen que ambas persiguen el mismo fin: el conocimiento del Universo, aunque utilizan distintas metodologías. Los hay que se enfrentan claramente a la visión de la religión y algunos niegan la existencia de Dios con gran vehemencia.

 Conocer la historia del vínculo Iglesia y ciencia es interesante, no debemos de olvidar que fue ella el puente entre los conocimientos de la antigüedad y los que surgieron en el explosivo Renacimiento, e incluso ahora en nuestro tiempo. Hay que verla tanto como impulsora como poniendo obstáculos o persiguiendo a los científicos, por razones doctrinales o morales. El mayor ejemplo lo tenemos en Galileo Galilei.

 En el lado contrario nos encontramos con Copérnico, que “vio” el Universo, o más recientemente el llamado “padre del Big Bang”, Georges Lemaître. En contra de la religión y con la ciencia encontramos a Stephen Hawking, Carl Sagan y Bertrand Russell entre los más conocidos.

 Quizás en el libro “La mente del Universo”, de Mariano Artigas, podamos encontrar una aproximación de como se ve hoy: “La cosmovisión actual nos ofrece una nueva comprensión de los caminos seguidos por la evolución, ya que completa la explicación clásica de la evolución. (...) la combinación de azar y necesidad, de variación y selección, junto con las potencialidades para la auto-organización, pueden ser contempladas fácilmente como el camino utilizado por Dios para producir el proceso de la evolución. Dados trucados, un universo preñado con la vida y con seres humanos, potencialidades específicas, son conceptos y metáforas que muestran la posibilidad de combinar (…) la acción divina con la acción de las cosas naturales”. Recordemos lo dicho por Einstein: “La ciencia sin religión está coja, y la religión sin ciencia está ciega”.

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