Opinión

Claridad y seriedad

Sin ninguna duda, estamos pasando por unos momentos cruciales en los últimos 40 años de nuestra historia, por lo que está sucediendo en Cataluña, con posiciones desconcertantes de los partidos políticos. Vivimos en un democracia que posee un gobierno representativo y todos debemos mantener las leyes que nos han permitido convivir durante más de cuatro décadas. No todo ha sido lo que se esperaba. Desde el inicio tuvimos problemas, y éramos conscientes de que había que cambiar la Constitución, del mismo modo que la Ley Electoral, de forma que nos aproximásemos a que el valor del voto no dependiese del lugar en donde se vive, ni del partido político que se vota. 

Lo que hicimos entre todos durante la Transición fue un encaje de bolillos que los partidos aceptaron, y así se refleja en la Constitución del 78 con la bandera y la forma del Estado, definido en el Artículo VIII, sobre las Autonomías. El desarrollo, y las concesiones hechas, generaron un estructura estatal imposible de mantener hoy. No valen para mantener los privilegios, conceptos de equidistancia y plurinacionalidad (existen en Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Reino Unido…). No busquemos asimetrías, del mismo modo que es esencial una efectiva separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Hay que eliminar los aforamientos... todos iguales, que conlleva no subvencionar a los partidos, sindicatos y patronal. Y eliminación de tanto asesor. Tenemos unos buenos cuerpos de funcionarios que responden a lo que se demanda. 

Debe conducir a lo que se buscaba en la Transición, que conlleve la concordia nacional, la lealtad institucional y el orgullo de ser español. Recordemos lo que dice la mítica canción “Libertad sin ira”: “Pero yo sólo he visto gente muy obediente/ hasta en la cama./ Gente que tan sólo pide/ vivir su vida, sin más mentiras y en paz”. No lo dejemos en manos de personas como las describe Peter Drucker: "Son los pecados capitales del odio y la envidia, no es una ideología, es la excusa del fracasado, el envidioso y el tirano. Son oportunistas que disfrutan de una vida fácil, a expensas del hambre y la miseria, y el sufrimiento del pueblo". La libertad y la solidaridad no las compliquemos.

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