Opinión

Dulces melodías

Son las que nos esperan durante todo este año electoral. Seguras, dos, aunque no descartaría que hubiese alguna más en función de los resultados o de los deseos de algunos partidos, como se está viendo en Cataluña. Las melodías a las que me refiero no son las que acompañan el inicio o el final del mitin la llegada del líder, esas las conocemos todos; son las que van ir desgranando a lo largo de estos meses. Las tendremos sinfónicas, de fiesta popular, de charanga, de fuerte raíz étnica e incluso atrayentes cómo las descritas en "La Odisea", del canto de las sirenas que Ulises escuchó atado para no sucumbir como otros marineros y acabar en la isla de Artemisa y convertirse en restos óseos como los que le precedieron y no resistieron sus cantos.

Encontraremos algunos que no afinan bien, lo que suplirán como es tradicional con más bombo. Así, ya hemos oído que el bipartidismo existente es malo, ¿en España sólo existen dos partidos, UPyD, IU, C's, ERC, BNG, CiU, PNV, Bildu, AGE y tantos otros serán asociaciones de vecinos?, ¿en Baleares no llegaron a gobernar cinco? Hay más ejemplos, y si nos acercamos a los ayuntamientos ya tenemos unas decenas. Tampoco afinan, al menos con el resto de democracias con años de vida, los que de entrada afirman que "nunca" pactarán con determinados partidos, entonces ¿a qué viene entonar la melodía de que por encima de todo está el ciudadano, lo que necesita, pide, y desea?, o ¿el ciudadano y sus necesidades pasan a un segundo plano en ciertos casos?, ¿se engaña al ciudadano?. No lo creo, quiero pensar que son momentos en los que después de tanto tiempo cantando, se olvidan un poco la letra de la melodía y recurren a lo que se conoce en el teatro cómo "morcilla".

Tenemos asambleas abiertas, primarias con participación de simpatizantes, reuniones con vecinos e incluso en ciertas fiestas casetas del partido; funcionan con células y círculos adjetivados, formas que tratan de "diferenciar" la melodía y atraer al futuro votante, que para la mayoría no volverá a ser importante hasta las próximas elecciones. Sin darse cuenta, y aun negándolo con toda sus fuerzas, las melodías usan los métodos leninistas y goebbelianos adaptadas a la época, y para algunos lo bueno es la música de la autarquía.

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