En los últimos días hemos asistido a ataques de autollamados ecologistas a obras de arte, una de ellas “Los girasoles” de Vincent Van Gogh, que en ningún momento puede considerarse responsable de lo que se denomina cambio climático, ni tampoco está justificado emborronar con chocolate la esfinge en cera del rey del Reino Unido, que precisamente se ha dedicado al ecologismo. Podría añadir más acciones, pero sólo con estas creo que es suficiente para que nos demos cuenta de hasta qué punto los que están detrás del movimiento del cambio climático lo han logrado introducir en muchas mentes jóvenes y no tan jóvenes.
Tan mentalizados estamos que ahora sólo las que define la “autoridad competente” son energías verdes: las renovables y las de biomasa (que sí emite, aunque la considero necesaria para evitar incendios y proteger el rural en todos sus aspectos). El resto, gas incluido, son nocivas. Otra vez nos encontramos ante la economía que dirige la ideología imperante en Occidente, mejor dicho, en Europa occidental, Reino Unido incluido. Lo último que tenemos es la “concesión” de Francia de construir un conducto de Barcelona a Marsella por el que se inyectaría hidrógeno verde. Recordemos que el hidrógeno es incoloro, lo que sucede es que las autoridades lo clasifican según la energía que lo extrae por electrólisis del agua. Tenemos, además del verde, el gris (energías fósiles, gas, petróleo), azul (las anteriores con procesos que eliminan el CO2), turquesa (fósiles sin emisiones), morado (energía nuclear) y negro (carbón).
El verde aún no se tiene la capacidad para obtenerlo, lo veo bastante lejano. Recordemos que en España se consumen 500 toneladas, el 70 % en procesos industriales de refinería. Lo que implica que estamos consumiendo hidrógeno de un color que no es verde y en cantidad importante. Espero que nos permitan seguir usándolo y no paralicen las industrias que lo utilizan, con los parados que implica. Pido que esperen para que podamos obtenerlo verde, no hagamos lo mismo que con la energía nuclear, según la mayoría que nos manda, tan nociva, sin tener en cuenta que salva millones de personas cada año, ni que desde 1960 no ha muerto ninguna persona por esa radiación. Sin dudarlo, seamos verdes y adaptemos nuestra vida, lo piensan los que “mandan”, y es la energía que ordenan producir.
