Opinión

Hagamos las cosas razonablemente

Es una época en la que los medios audiovisuales, filmes, los escritos, políticos, los “influencers”, algunos científicos... envían mensajes espeluznantes sobre el futuro que nos espera, peor para nuestros hijos y nietos. La realidad es más simple, como he repetido hasta la saciedad, viene siempre liderada por la plutocracia, que desde hace tiempo nos quiere dominar. No duda en eliminar todo lo que pueda hacerles frente con la verdad, un mensaje, una cultura que no quiere “tragar”, la occidental, que nos ha llevado a los avances y mejoras de vida que ahora tenemos. Por ello no dudan en atacar e infiltrarse en los que mantiene esa cultura que se asentó con el mensaje que mantienen en la actualidad los cristianos, de derechas y de izquierdas, en especial el catolicismo, entre los que, sin dudarlo, afirmó que se han infiltrado.

La UE ha pasado de los incentivos a empresas “sociales” a la discriminación por no cumplir la Agenda 2030. Los nuevos paquetes de ayudas relegan a las sociedades que no asuman los criterios políticos y restringen los fondos, de manera que la prioridad en la financiación la tengan las compañías “woke”. No olvidemos que “La UE necesitará inversiones adicionales de alrededor de 700.000 millones de euros cada año para cumplir con los objetivos del Pacto Verde Europeo”, como ha dicho Bruselas en una comunicación. Se trata de un auténtico dineral al servicio de la Agenda 2030. La Comisión Europea lo sabe. De hecho, quiere redirigir su potencial financiador a las empresas verdes, y pedir que se sumen a esos pagos los bancos privados. También empresas de cualquier país. Adiós a la libertad empresarial y a la soberanía de los estados.

Lo estamos sufriendo en el sector agrario, toneladas de productos tirados a la basura, nuestra ganadería sufriendo, los pastos los quieren dedicar a energías renovables para paliar el “cambio climático”, al que los BRICS no prestan atención y están atrayendo más países, entre los que destacan Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Iraq e Indonesia, siempre respetando la soberanía y libertad de los estados. Aprendamos, afortunadamente hay voces de renombre mundial que ya están contra la tantas veces mencionada Agenda 2030, siendo importante los jóvenes que se rebelan contra las imposiciones. Hay esperanza

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