Opinión

Inversiones, especialmente en Sanidad y en Educación

En plena segunda ola de la pandemia del covid-19 como nos encontramos, todos estamos de acuerdo en que es necesario invertir para que la economía repunte, aunque sea dentro dos o tres años, y podamos reducir los parados consecuencia del deterioro originado por el coronavirus que nos azota. La propia inercia de los acontecimientos que siguen y de los avances tecnológicos hará necesarias inversiones en nuevas empresas que generan las nuevas tecnologías y los avances biogenéticos. Al margen de estas actuaciones, lo que es cierto es que no vamos a volver al mundo anterior; nos espera algo nuevo que aún no sabemos predecir cómo será y que iremos descubriendo poco a poco. Tengamos siempre presente que debemos dejar un mundo mejor, con libertad, igualdad y respeto a todas las ideologías, sexos y religiones.

Recordemos las pandemias que a lo largo de la historia hemos tenido; la que acabó con la potencia griega, la romana, la que dio paso a la Edad Moderna y al Renacimiento, la primera del siglo pasado (gripe española) que trajo un nuevo mundo en donde predominaron las ideologías totalitarias, y que desató la II Guerra Mundial, y la no menos inquietante Guerra Fría. El peligro está en el globalismo elitista que ya se ha quitado la máscara, y apoyándose en la pandemia, la tecnología y la biotecnología nos está llevando al totalitarismo, además para ricos y pobres. No seamos rebaño, no dejemos que nos arrebaten vivir en libertad, con el bienestar que logramos, y que sea para toda la humanidad.

Para conseguirlo debemos aprender del pasado, muy especialmente en algunas áreas, la Sanidad y la Enseñanza. En las últimas décadas estas dos importantísimas áreas para el ser humano han sido consideradas como un gasto que se tenía que afrontar. De lo mucho que hemos aprendido de lo que estamos pasando, es que nos habíamos equivocado, no deben ser un gasto, al contrario tiene que ser una inversión. Servirá para prevenir otro acontecimiento como éste o más grande, tendremos unos jóvenes que estarán preparados para afrontar la nueva realidad, no el Nuevo Orden que nos quieren imponer, y salir triunfantes con un mundo mejor y sin los desequilibrios que existen actualmente entre países ricos, emergentes y pobres.

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