Opinión

Modificar la Constitución

Desde que empezaron a funcionar las autonomías se pensó en que de alguna forma había que tener un control sobre ellas, que la Constitución no tenía previsto, por ello pactaron UCD y el PSOE la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) aprobada por las Cortes el 30/7/1982, prácticamente anulada por el Tribunal Constitucional que eliminó las partes más importantes, especialmente las que incluían el carácter armonizador, que era uno de los fines principales de la ley.

Hoy sería preciso iniciar un cambio constitucional para mejorar el funcionamiento de la España autonómica, y conseguir que los españoles recuperen la confianza en las instituciones. En ese camino parece ser que han ido los acuerdos a los que han llegado los máximos representantes del PP (Mariano Rajoy) y del PSOE (Pedro Sánchez) que comprenderían la financiación autonómica y las competencias de las comunidades, sin llegar a decir si eso significaría recuperar competencias vitales en todo país: educación, sanidad, justicia y fuerzas de seguridad. Lo que tiene que quedar claro, al margen de los acuerdos a los que hayan llegado, y que quizás no conozcamos, es que no deben existir ciudadanos de primera, de segunda o tercera. Nada de asimetría en las comunidades autonómicas; todas con los mismos derechos y obligaciones, sin que ello sea óbice para que cada una tenga su propia peculiaridad.

Los ciudadanos no sienten que haya pasado lo peor de la crisis, y el desempleo sacude a muchas familias, hay que devolverles la credibilidad. Por ello las medidas que se tomen en el cambio constitucional deben ir en el camino de recuperarla en todas las instituciones, y en conseguir una democracia en donde el Gobierno sea representativo de la sociedad, manteniendo la separación de poderes, el cambio de la ley electoral que no prime a nadie, para que una persona sea realmente un voto, y la obtención de escaños sea proporcional al número de votos. Sin subvención a partidos, sindicatos ni patronal, como en las democracias avanzadas. La reforma es admitida por la mayoría, aunque la fragmentación parlamentaria y el conflicto catalán no van a permitir un acuerdo. Mi deseo es que se alcance la igualdad, el trabajo y la justicia sin distinciones ni aforamientos.

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