Mientras el mundo habla de fuentes de energía, el miedo de hace ochenta años a las radiaciones y todas las formas de la nuclear asusta. La simple observación muestra que este miedo está fuera de lugar y que el futuro está en la energía nuclear. A favor, la medicina clínica con la tecnología nuclear y la biología que están haciendo uso benéfico de ella, salvando millones de personas. Marie Curie, ganadora de dos premios Nobel, iniciadora de la medicina nuclear, dijo: “No hay que temer nada en la vida, solo hay que entenderlo. Ahora es el momento de comprender más, de modo que podamos temer menos”, y aunque nos nublan la vista con otras energías que no resuelven, el problema energético sigue avanzando, es el 60 % en EEUU de no emisión de CO2.
Los nuevos reactores: pequeño (1-20Mw), mediano (20-300MW) y grande 300-+1.000MW), precisan sólo de una fabricación avanzada que reduce el costo de construcción. Se ha disminuido la gestión de residuos, reduciendo la cantidad de combustible gastado que debe eliminarse. Estas tecnologías pueden reutilizar el combustible usado. Los reactores actuales han mejorada la seguridad y a la normal se le añade un diseño de seguridad pasiva que no requiere la intervención de ningún operador, está preparado para actuar inmediatamente mediante la IA (Inteligencia Artificial).
Los pequeños tienen unas características especiales que les permite ser utilizados en cualquier parte. Son construidos en fábricas y se pueden trasladar a cualquier parte en un camión. Se refrigeran mediante fluoruro o cloruro de sal fundida.
La agrupación de varios reactores pequeños forma los que denominamos medianos, pudiéndose incrementar o disminuir su potencia añadiendo o retirando módulos para adecuarlo a las necesidades reales. Conocidos como reactores rápidos de metal líquido, por su refrigerante de sodio o plomo líquidos. Alcanzan altas temperaturas a presiones bajas, lo que ayuda a que sean más seguros.
El grande es el desarrollo económico y seguro de las centrales nucleares anteriores. Utiliza como refrigerante gas no contaminante. Alcanza grandes temperaturas, por lo que el calor generado se puede utilizar además de energía eléctrica en otras aplicaciones: calefacción, secaderos...
