Hace unas semanas, La Región publicó la proyección del INE donde se refleja el freno en la caída de ciudadanos en Ourense, y un aumento para el año 2033 del 20% debido a extranjeros que se afincarían aquí, y añadía que el peso de los jubilados crecerá en relación al actual. Es una buena noticia, ya que hasta hora las previsiones eran de que continuaría la pérdida de población, en especial de los jóvenes al tener que emigrar para encontrar trabajo.
Si continuase la entrada de foráneos en la proporción que el INE dice, podríamos encontrarnos con que dentro de 40 años los habitantes de esta hermosa tierra hayan olvidado el gallego y sus tradiciones, importando otras de sus tierras que las sustituirían. Seguro que estoy exagerando y espero que, con el sentimiento de orgullo de pertenecer a esta tierra, intentar al menos darle una viabilidad, y con el esfuerzo de todos conseguiremos que no suceda, siguiendo nuestra forma característica de vivir y de sentir.
Para ello, además del esfuerzo que ya se está realizando es necesaria una planificación realista realizada por todas las instituciones, partidos políticos, fuerzas sociales, empresarios, universidad y ciudadanía, para que lo que hagamos llegue a buen puerto y no suceda como lo que estamos viviendo en estas últimas décadas.
La recuperación del rural es imprescindible, y que volvamos a ver los campos dando lo que de ellos se espera, y es posible, como lo conseguido con los vinos blancos y tintos, que no tienen nada que envidiar a los de otros lugares. Por otro lado, es necesario que universidad, formación profesional y empresarios consigan ponerse de acuerdo para preparar a los alumnos en lo que la empresa precisa, incluyendo prácticas en las mismas a lo largo de la carrera.
No podemos perder el tiempo en sí son “galgos o podencos”. Actuemos en la industria evitando la deslocalización, el cierre y con polígonos atractivos en inversión como llamada a más empresas. En lo rural, consolidar lo que tenemos, potenciar el segmento agroalimentario y continuar con las iniciativas tomadas en los concellos e impulsadas por la Diputación. Por último, no olvidemos el pequeño comercio, generador de más del 80 % del empleo. ¡No somos menos que el eje atlántico!
