Opinión

Hay que ser competitivos al salir de la crisis

Oímos y leemos con cierta seriedad que la crisis está cerca del fin. Por los datos que dan los políticos y por lo leído pienso que puede producirse entre los años 2018-20, y no creo ser pesimista. Ahora bien, una cosa es que el PIB crezca -hoy unas décimas son consideradas como agua de mayo- e incluso que en ciertas áreas cómo las exportaciones los datos sean muy buenos, y otra que crezcamos para pode crear los puestos de trabajo necesarios para absorber los millones de parados que tenemos.  

La competitividad es nuestro talón de Aquiles, y en ella se deben centrar muchos de nuestros esfuerzos, porque tardará en alcanzarse, y no por ganas, sino porque a la pregunta ¿tenemos problemas de energía? la respuesta es un contundente sí con el modelo energético de las últimas décadas, y a nadie se le escapa que es básica para que las empresas puedan estar al nivel de las empresas líderes. El ministro Soria debería hacer realidad lo que dijo a los pocos meses de asumir el puesto: "Resolver el problema del déficit… reconvertir y reconducir el problema… contar con un sistema energético seguro, eficiente, que no sea tan vulnerable en costes e ingresos, y que permita competir con otros países". De no hacerlo nos encontramos con una situación similar al inicio de la era industrial, en la que importábamos carbón del Reino Unido; ahora es el gas argelino y petróleo de varios países. La energía que producimos no es competitiva, y los precios hablan.  

La independencia energética es esencial, el no serlo trae las consecuencias como las que estamos viendo para la mayor parte de los países europeos, al depender del gas ruso. Implementar un plan tarda unos 20 años, momento en que la energía alcanza los precios asequibles que necesitamos. Cuanto más tardemos, más seguiremos con el ancestral retraso en competitividad. El que se haga debe garantizar la seguridad jurídica y la no dependencia del partido que gobierna, como sucede en países cercanos al nuestro. Francia y Suecia lo tienen desde hace décadas y, con alternancia, Reino Unido lo está haciendo, EEUU no ha dudado en utilizar el fraking (fractura hidráulica) para la obtención del gas y petróleo, China, India y países emergentes lo están realizando.

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