Opinión

Seriedad con el clima

Estamos viviendo un verano que si lo comparamos con el del año pasado ha sido menos caluroso, y eso que nos hemos cansado de ver en las televisiones mapas inundados de color rojo y hasta violeta. Las temperaturas en cuatro olas de calor han sido altas, alcanzando en muchos casos superar los 44°C y alcanzando en ciertas ciudades los 48°C. ¿Indica esto un cambio climático?  No hay nada que lo prediga. Hemos sufrido una gran llamarada solar, El Niño empezó con sus efectos ya conocidos como el calor que envía hacia el oeste. 

Seriedad con el clima, el verano en España no ha sido diferente de otros años, como ejemplo 2017 o 2003 por citar alguno de los más cercanos, con noches tórridas en muchos lugares. Ya que nos hablan de récords históricos es bueno recurrir a la hemeroteca, así encontrarnos que en Sevilla el 30 de julio de 1876 se alcanzaron los 51°C y Madrid pasó de los 44°C. No olvidemos finales de 1940 y principios de 1950, coincidiendo con épocas de sequía, ni casi todos los años muchas noches “toledanas”, no sólo en Toledo, también en otras ciudades y pueblos españoles. Conviene recordar cómo le llaman los italianos al mes de agosto en Roma: ferragosto.

No puedo asegurar nada, lo único que se es que las últimas estadísticas de AEMET (Agencia Estatal de Meteorología)  nos dicen que la temperatura media entre 1961 y 2021 son las mismas con las variaciones que se han observado en otras estadísticas desde que se hacen. El clima cambia, ha cambiado desde siempre, en 1850 recordemos se terminó la llamada “pequeña edad de hielo”, es lógico por lo tanto que aumenten las temperaturas. Ha cambiado desde siempre, los datos de los arqueólogos lo confirman. Es real que la humanidad desde la era industrial ha influido, los más pesimistas dicen que un 10 %. Lo que está haciendo Europa para paliar lo que dicen que es un “apocalipsis climático”, no soluciona nada y además empobrece a la población. Tristemente es lo que los que mandan sin ser elegidos es lo que quieren, no lo admitamos, empezando por el control de nuestro dinero, limitando el efectivo. Siguen con los coches eléctricos, caros y peligrosos por incendio (más de 100 han ardido al recalentarse la batería de litio), permiten productos para comer de países que no tienen ningún control y provocan graves enfermedades. 

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