La Niña produjo en el año 2020 el enfriamiento en la superficie del océano Pacífico, el décimo más intenso registrado, y alteró temperaturas y lluvias en gran parte del mundo. Volvió en 2021, aunque su probabilidad era sólo del 66 %, lo que alteró, conjuntamente con el desplazamiento del eje de la Tierra 5 grados hacia el oeste y la oscilación del Atlántico, los huracanes, la entrada de los frentes por el sur de la Península Ibérica. A esto añadimos que el vórtice del Polo Norte se fracturó por tres lugares, dando lugar a hechos anormales con predominio de tiempo no acorde con la época del año. Estos días estamos viendo cómo el aire caliente del Sahara, normal en esta época, estuvo retenido por la borrasca que está en el noroeste y parte del norte de España, situación que va aminorando un poco y que, como pronostican los meteorólogos, va a ir cambiando para tener un verano más normal.
¿Significa todo esto un cambio climático? Posiblemente, aunque los modelos actuales más serios no pueden predecir si vamos hacia un incremento de la temperatura como los más apocalípticos pregonan, o por el contrario nos está conduciendo a una “pequeña era de hielo” como algunos pronostican para la decena de los años 30. La mayor de las incógnitas no son los gases de efecto invernadero que se producen por la actividad humana o de los animales, los bovinos están en reducción en la Agenda 2030-2050 por las flatulencias con las que expulsan gas metano, que son sólo un 10 % de todos los gases de efecto invernadero. El metano es expulsado por todos los animales, humanos incluidos, que comen verduras y comida que en la digestión produce ese gas. El problema es cómo evolucionará el Sol, que es el más influyente y que en estos momentos no tiene ninguna actividad debida a las manchas solares no existentes, que son las que más actúan directamente sobre nuestro clima.
Conjuntamente con la pandemia vivimos cambios bruscos del clima. La explicación la han hecho los meteorólogos. No habrá apocalipsis climático; estos fenómenos han ocurrido siempre. Los dinosaurios, cuyas flatulencias eran metano, no desaparecieron por un cambio climático. El abandono de la agricultura está causando maleza que provoca incendios, si usamos bien la Inteligencia Artificial y recuperamos lo rural estaremos en la buena dirección.
