Opinión

Como alcalde vuestro que soy…

LUNES, 21 DE JUNIO

Hoy estamos todos los tertulianos. Ahora mismo cae sobre la ciudad un diluvio casi mítico. Rayos, truenos y la ciudad se oscurece.

Hoy el último en llegar es el abogado, bajo su paraguas pero con los pies mojados hasta las rodillas. Se sienta, pide su gin tonic y nos dice “Hoy voy a sorprenderos con estas fotos”. Para nada sabíamos de su afición secreta, un auténtico cinéfilo. Nos va mostrando fotos de escenas de películas de Berlanga. Dice con orgullo “Aquí estoy yo con el maestro en un café de la Gran Vía”. Guarda un silencio y comenta irónico “Mirad esta fotografía, todo español de nuestra generación debería acudir como homenaje al menos una vez en la vida a ese balcón, allá en Guadalix de la Sierra. Aquí estoy yo al lado de la estatua de Pepe Isbert. Allí me dieron ganas de repetir aquella frase que identifica a los españoles de la larga posguerra “Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación y esa explicación que os debo os la voy a pagar…”

Interviene reidor nuestro contertulio psiquiatra “Qué buena idea para nuestro original alcalde tan dado al esperpento y que no se corta un pelo jamás; podría imitar a Pepe Isbert y en vez de tanto usar las redes, salir después de cada pleno al viejo ventanal del ayuntamiento. Seguro que se congregaría una multitud, seguro que acudiría un puñado de televisiones de todas partes”.

El abogado ya casi ha liquidado su gintonic, y eufórico matiza “La escena daría mucho color a la ciudad y no sólo televisiones, sino que vendrían ciudadanos de todos los lugares. Qué mejor atracción para el turismo. Una idea que competiría con su sueño de crear un parque acuático”. Pero el abogado está lanzado hablando sobre Berlanga y nos enseña la página de una revista “Pronto iré allá, he de subirme a él, por fin he descubierto el motocarro en que Plácido recorrió las calles de Madrid en las navidades de 1961. Ay, ojalá lo pudiese comprar.

El periodista Borja Hermoso cuenta en su investigación que hubo muchas hostias en el rodaje de ‘Bienvenido Mister Marsshall’ y que a pesar de que el bueno de Manolo Morán, aquel maravilloso actor de reparto, trató de parar la pelea, el asunto casi llegó a mayores. Sobre todo en la escena de lucha de los dos cowboys, ahí la película estuvo a punto de no llevarse adelante”. El abogado no cesa en su discurso “Las nuevas generaciones deberían ver estas películas en los colegios, sobre todo ahora que se habla de la claudicación de la ética y de la memoria. De todas formas, ‘Bienvenido Mister Marshall’ que se estrenó en el cine Callao de Madrid, apenas estuvo dos meses en cartel. Berlanga, incluso en los últimos años, quedó muy sorprendido de que la película no fuese censurada”.

Alba Fernández

Alguien me pregunta por mi película favorita del director, e inevitablemente voto por ‘El Verdugo’. Cielo santo, qué obra maestra, habría que echarle cojones para rodarla en aquella España de principios de los sesenta, cuando el general Franco, implacable, a pesar de los ruegos de muchos presidentes y del propio papa, no revocó la pena de muerte al comunista Grimau en la cárcel de Barcelona. Se olvida mucho al guionista Rafael Azcona que participó en casi todas las películas del maestro valenciano. Cuentan que era un individuo raro muy inteligente y que huía de los periodistas como de la peste.

La vida de Berlanga está llena de aventuras. Vivió su infancia peligrosamente. Su padre era gobernador de Valencia y diputado republicano. De inmediato fue detenido y condenado a pena de muerte. Eran los 40 y Europa estaba en llamas. Franco firmó un llamamiento para que los españoles formasen una división para ir a luchar al lado de las tropas de Hitler. Fue la famosa División Azul. Decían encendidos los falangistas “les devolveremos a los rusos la visita que nos hicieron en nuestra guerra civil”. Berlanga se apuntó y partió con cincuenta mil hombres en trenes de madera hacia Berlín. Cuenta él mismo “Decidí ir para hacer de buen español y ayudar a que mi padre no fuese fusilado”. Hoy sus películas nos dejan un rictus extraño. Una sonrisa casi congelada. En sus films está el lado prohibido del franquismo. Bueno, nunca ocultó su obsesión por las mujeres de senos voluptuosos, al igual que su colega, el inmortal director italiano Fellini.

(Allá en los ochenta, conocí mucho a su hijo Carlos Berlanga, un joven enigmático, algo dandi, silencioso, que venía siempre al lado de Fernando Márquez ‘El Zurdo’. Entonces, formaron aquel grupo divertido, puro punk “KaKa de Luxe”. A veces teníamos largas discusiones, ‘El Zurdo’ traía siempre en su bolso el discurso de José Antonio Primo de Rivera en el Teatro de la Comedia cuando fundó La Falange. Inevitable, a veces aparecía la incombustible Alaska, qué morro tenía, subía con el grupo, apenas sabía un riff o afinar la guitarra. Acababa de llegar de México, hija de una echadora de cartas cubana. Cuando la conocí, no sospeché jamás que llegaría a triunfar de esta manera. Cierto que Carlos y ella insistían en que había que escribir canciones llenas de clichés y tópicos. Recuerdo que Carlos se encerraba en su estudio y dudaba entre pintar o la música. Como tantos de su generación, falleció joven allá en el 2002).

VIERNES, 25 DE JUNIO

Cielo santo, haciendo cuentas, lleva cerca de cuatro años ilustrando esta serie “El ángulo inverso”. Alba Fernández ha ido enamorando poco a poco a los lectores con sus láminas tan personales, las últimas tan llenas de hechizo, que casi hieren. Pero te cuento cómo funcionamos en nuestro trabajo. Algunos días en un café, mientras yo leo, ella va escribiendo con su lápiz, lentamente, como absorbiendo las palabras. Ya García Márquez afirmó que de esa manera, se despiertan emociones escondidas. Alba se limpia los ojos, huye de todo lo innecesario, y pronto ladra su perro para anunciar que la musa llega en ropa de frac. Entonces, es como si arrancase la belleza de la mano de los dioses. Es como si los domingos al abrir nuestra página, ella te diese aliento y, también Baraka.

(Qué curioso, ayer Alba abrió su muestra con 53 ilustraciones de pequeño formato y, mira tú, ahora que la cultura está denostada, tuvo tal aluvión de visitas que pronto quedarán las paredes vacías, incluso hubo competición por alguna obra.

Date prisa pues en visitarla. Fíos de Prata. Muestra pop-up de ilustración en ‘Cuadros y Molduras Marta’. Calle Ervedelo 13).

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