Opinión

Quedas tú

Qué vértigo. Inevitables lágrimas melancólicas resbalaron por mi rostro. Ya escribí que soy un asiduo espectador de las películas españolas de la segunda cadena, te las recomiendo, todos los días a las diez de la noche.  Pero te cuento de un tirón. El jueves pasaron las imágenes de aquella película y su canción “Que hace una chica como tú en un sitio como éste”. 

Qué hechizante canción. La película refleja la luminosa década de los 80 en Madríd. Mi generación la vivió con eufórico frenesí. Chicas con alfileres de plata en la mejilla. Asentados camellos de barrio en la plaza 2 de Mayo. Ingenuos chicos punk que te decían altivos al despedirse: “Adiós, voy a ver si desvirgo a una chica por ahí”.

Ay, la música y los protagonistas eran mis amigos del alma: Burning. Contemplarlos de nuevo en la pantalla puso mi corazón a tumba abierta. Hay que joderse. Solo queda uno en este mundo: Jhonny. El resto vivió rápido, amaron el 'lado salvaje' y decidieron tener una buena cara en el ataúd. Ah, con que elegancia escupe la frase el dolorido actor Hector Alterio: “Qué hace una chica como tú...”. Que esplendida está Carmen Maura, todavía lozana.. Genial, ese actor olvidado, también muerto prematuramente, Félix Rotaeta.

Buenos tiempos. Mi trabajo como 'letrista' iba de puta madre. Seguíamos la máxima de Óscar Wilde: “Haz lo que temes y el temor desaparecerá”. Lo cierto es que mis colegas de Burning estaban atascados con la canción. El director Fernando Colomo los apuraba. Los riffs y la música estaban listos. Faltaban un par de puñeteros versos claves para el tema. De aquellas, yo colaboraba con ellos con frecuencia. 

Allí estábamos, confusos en la guarida de Pepe Risi en el barrio de la Elipa. Los barrios ardían aquellos años. No era extraño que una madre encontrase debajo del colchón de su hijo, casi adolescente, una “sietetreintaicinco” y una sospechosa bolsa de polvo blanco.  

Lo cierto es que la 'letra' estaba trabada en un instante crucial de la canción: la historia de una chica violada. En los 80, los machos rancios recorrían las calles; las violaciones eran  frecuentes y ellas, avergonzadas, ocultaban el repugnante acto.  

Por fin salió el verso: duro, frío y certero. “Qué tienes en los ojos, nena,/ o es que vas a llorar./ Sé que alguien piso tu orgullo en un oscuro portal”. 

(Como una procesión de espectros pasaron por mi mente todos mis recuerdos con los Burning.  Veo ahora a Pepe Risi en la desolada habitación del hospital. Sus amigos estamos a su lado. Hay un momento especial y espontáneo: todos cantamos su canción favorita. Está lúcido. De pronto, llama a Jhonny como si le fuese a revelar el último secreto. “Quedas tú,  júrame que los Burning seguirán por los caminos”.) 

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