Opinión

Manual de Koldoamnistía

Primero se niega tajantemente, después se hacen los ofendidos, más tarde se guarda el silencio aturdido de quien queda sonado por el golpe, y finalmente se apela al honor “mancillado” hasta que la realidad judicial y mediática entierra el argumentario defensivo. Dicho de otro modo: se apela al rechazo de la corrupción y a la verdad bajo sospecha de mentir, pero tres años después de los hechos almacenados en las cajas olvidadas de las mascarillas falsas. Con la amnistía sucede algo parecido: primero se oculta, después se niega, y finalmente se cede al chantaje completo del prófugo. 

El manual de la Koldoamnistía se juega en el campo mancillado de cierta política embarrada que denigra la democracia. Francina Armengol tardó 13 días en dar explicaciones sobre la compra sospechosa de mascarillas “fake” con fondos europeos que investiga la justicia española y europea sin dar respuesta a las principales preguntas: ¿Quién de la trama corrupta contactó con el Gobierno socialista balear para la compra? ¿Por qué tardó 3 años en tramitar la reclamación pertinente? ¿Y por qué cargó a los fondos europeos 3,7 millones de euros validando mascarillas a sabiendas de que no eran del nivel sanitario solicitado? 

El comandante Sánchez ordenó a la presidenta del Congreso que se defendiera apelando a la fibra emocional de la lucha épica contra la pandemia antes de emprender viaje internacional a Brasil y Chile. Los problemas internos son directamente proporcionales a la huida de ellos, y Sánchez tiene la mala costumbre de ausentarse en la cresta de la presión para dejar a sus peones que actúen en defensa propia. Así que Armengol eligió su mejor vestido para enfrentarse a la prensa con un discurso sensiblero que no aclaró ni rebatió convincentemente ninguna de las acusaciones judiciales y mediáticas. Con voluntad de justificarse en la finalidad noble de proporcionar material sanitario contra el covid, Francina Armengol delató su estrategia al centrar toda su defensa en acusar al PP de “haber roto las líneas rojas” por pedir su dimisión, a la que se resiste. La peregrina coartada de una trama comisionista que afecta a varios ministerios y dos gobiernos autonómicos socialistas consiste en decir que los nombres de Armengol, Torres, Marlaska, Illa, etc, “no están en el sumario”, lo cual se irá viendo, con la intención de implicar al PP porque los investigados citaron de pasada los nombres de “Tellado y Alberto” que sí aparecen en el sumario tras recibir el chivatazo de que la Guardia Civil les vigilaba. Realmente no es que sea grotesco, sino que rezuma desprecio a la ciudadanía, las fuerzas de seguridad, la Audiencia Nacional, las fiscalías española y europea y la propia inteligencia de los españoles. Presentarse como “víctima de una estafa” de la trama fraudulenta no exime de responsabilidad política a quien en España ocupa el tercer puesto en el rango de la estructura del Estado tras el Rey y el presidente del Gobierno. El manual de la Koldoamnistía viene a ser el manual confuso de la corrupción política sin que la conciencia ni la responsabilidad debidas figuren en el código ético y moral de los dirigentes públicos.

El Gobierno que llegó al poder enarbolando una cruzada justiciera populista contra la corrupción no puede ahora mirar para otro lado y encender el ventilador de la confusión, como hace con el 20 aniversario del 11-M. Y lo que es más grave: no puede usar la amnistía como tabla de salvación de los supuestos casos de corrupción que asolan al Psoe y al Gobierno, y que van más allá de las propias comisiones de las mascarillas. Estamos hablando de vínculos con el rescate de Air Europa, de la participación de la mujer de Sánchez en reuniones con la compañía aérea que patrocinaba sus actos y con el comisionista, de la conexión de Aldama con el Delcygate y su presencia en la noche aeroportuaria de las maletas y sobre todo de la sombra del presidente del Gobierno, quien pese al conflicto de intereses de su esposa, no se inhibió en el Consejo de Ministros sobre las ayudas públicas a Globalia.

El manual de la Koldoamnistía incluye la maniobra de Sánchez en su viaje internacional anunciando cesiones para mantenerse en el poder en vísperas de que la mayoría Frankenstein aprobara en la Comisión de Justicia la impunidad “sin excepción” mediante la redacción creativa y libre de una Ley que hace nada era inconstitucional. Sánchez se convirtió así en un prófugo de la responsabilidad política y mediática para blindar al verdadero prófugo contra los delitos de terrorismo, malversación y alta traición del procés con los espías de Putin. El manual indica que el sanchismo ha hecho aguas en su intento de delimitar y circunscribir las comisiones de material sanitario a Ábalos y su asesor. Ese manual certifica que Armengol falló en su escenificación de inocencia, y además presagia ramificaciones con el caso Delcy y el rescate de Air Europa que cuestionan la actuación y transparencia gubernamental. El caso Koldo es imprevisible; pero la Ley de amnistía también. Porque en ambos asuntos, el manual de la Koldoamnistía pretende dejar impunes delitos contra el Estado de derecho calificados de “corrupción política y económica”.

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