Cuando estaba entre la espada y la pared, el COB sacó dos victorias consecutivas por primera vez en la temporada. Con luces y con sombras, algunas bastante oscuras, pero dos triunfos que valen su peso en Oro (con la O mayúscula). En esa carrera de fondo que es la permanencia, los ourensanos van “líderes” de grupo con varios cuerpos de ventaja sobre el resto. ¿Decisivos? Aún no. Pero importantes. Sobre todo por los tres rivales que se han quedado más descolgados. “El objetivo es meter a tres debajo”, repite el técnico Félix Alonso. Por ahora, de lujo.
Todo gracias a un triunfo en tierras albaceteñas. El segundo del curso lejos de As Burgas. El inicio fue notable, el nudo cuestionable y el desenlace estimable, que es lo que cuenta. A estas alturas de la película importa poco el cómo. Aquí la clave es el qué. Fruto eso sí de un equipo que fue cubriendo sus necesidades sobre la marcha. De los últimos en llegar, Urtasun heredó los galones de Zamora y Kuath las cosas de “cinco”, que debe hacer un “cinco” para dar un rendimiento de 10.
Pero la tranquilidad no debe ser sinónimo de relajación. Cosas diferentes. Asoma el Valladolid por el horizonte. Los de Paco García están comiendo solomillo este año, pero se les puede meter mano. El Pazo pondrá de su parte para lo que es virtual se vaya convirtiendo en real. Si el COB se puede ahorrar sufrimientos futuros, mejor que mejor. Que se peleen otros. Para ellos la presión.
