Opinión

Una ciudad de baloncesto

"Ourense es una pista de nuestra liga", decía Berni Hernández cuando la selección española jugó en el Pazo ante Lituania en 2007. Ha llovido pero a Ourense nadie le quita el cartel de ciudad de baloncesto y al COB de club histórico.

La Liga ACB ha sonado demasiado lejana durante demasiado tiempo como para regresar ahora e irrumpir de golpe. Más aún cuando a la pelota hay que sumarle la calculadora y el talón bancario antes de hacerla efectiva. Pero eso es otra historia.

La clave es que poco a poco Ourense se despereza. Después de un 2014 taciturno llega un 2015 en el que insisten en hacernos creer que puede ser esperanzador, que no fastuoso. ¿Hablamos de deporte? Ahí también.

Después de un año en el que la pérdida de Club Deportivo Ourense es tan injustificable como irreparable, toca pensar en un COB que pueda recuperar el terreno perdido. No importa que logre el ascenso a la ACB. Lo importante es que aspire a él. Toca volver a jugar un play off o codearse por el ascenso directo. Toca ser un grande en una liga importante. Toca reencontrarse. A la afición volver a creerse que el baloncesto está en Ourense para multiplicar las sonrisas, para sacar pecho, para edulcorar problemas. Para volver a crear cantera y multiplicar las canastas.

Este equipo ha hecho lo más complicado. Ha remado casi solo y con sordina. Ahora pide complicidad para convencerse de que pelean por alguien. El Pazo debe estar a la altura.

Te puede interesar