Opinión

Defensa y tranquilidad

El COB está obligado a no tener bajones defensivos para mantenerse en el partido ante un rival con mayor pegada ofensiva y menos presión.

El COB necesita la victoria y el Oviedo la quiere. Esa es la primera diferencia previa y quizá una de las claves. El equipo ourensano se enfrenta a un buen rival, a sus propios fantasmas en el Pazo y a la necesidad de ganar en una recta final de temporada tan apasionante como temible. Todo juega en contra de los ourensanos en la previa pero lo que vale es la pista.

Ahí el partido de Málaga debe ser un empujón vital para los de Gonzalo García de Vitoria. Clave para saber a qué jugar y cómo cimentar la victoria. Pero la clave estará en la defensa. Obligados los locales a no racanear con el esfuerzo en ninguna acción ante un rival sin dependencias y en el que seis o siete jugadores pueden dispararse en la anotación, asumir la responsabilidad o marcar la diferencia.

Intensidad en líneas de pase y exigencia en la defensa individual. Concentración en las ayudas y mejorar el trabajo en rebote. Trabajo constante los 40 minutos sea cual sea el marcador.

El Oviedo es capaz de enracharse con facilidad y romper el partido o anular una ventaja del COB en pocos minutos. Una prueba de equilibrio mental para los ourensanos. Un test para mantenerse en pie si el partido de pone en contra o si una vez más el trabajo previo se queda en nada en los minutos finales.

El COB tiene calidad, físico y experiencia para ganar al Oviedo pero nunca sin regularidad y lucidez. Imposible si no se entrega en cada defensa y si en ataque se imponen los impulsos individuales al trabajo de pizarra.

La grada sumará. Lo que ocurra al acabar el partido es imprevisible pero seguro que la hora y media anterior la afición del COB volverá a demostrar su implicación y empujará al equipo hacia una victoria que sonaría a borrón y cuenta nueva. Un partido del que disfrutar sufriendo.

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