Opinión

¡Feliz 2015!

Extraña sensación de suficiencia y medio camino que queda tras la primera vuelta del COB. Sería cruel e injusto no conformarse e incluso elogiar los méritos y resultados del equipo ourensano mediado el ejercicio. Hipócrita si al mismo tiempo no se exige ambición en lo que queda de temporada.

El COB tiene equipo para sacar codos con los mejores. Con todos, también Burgos, Palencia, Breogán... No son superiores en nada.

Es un año para soñar de principio fin. Una configuración de plantilla impecable a la que hay que arropar desde la grada. Toca dar una vuelta más de tuerca en esa parcela. "No sé quién puede o debe hacerlo pero tuve el privilegio de jugar en Ourense con 5.000 personas en el campo y ahora sería impresionante lo que podríamos hacer si volviese a pasar. Ahora hacemos mucho mejor baloncesto que aquel año. Había que conseguir juntar las dos cosas", reconoce Salva Arco.

Todos en el COB lo saben. Arco lo disfrutó, otros lo sufrieron como rivales. Han vivido un Pazo lleno y desequilibrante. Toca esforzarse por conseguirlo. El equipo se lo merece y la competición se presta a ello. 2015 puede ser un año histórico.

La Liga ACB ha dejado de ser palabra tabú, incluso con tintes prehistóricos. Hay aficionados en el Pazo que nunca han visto al COB es esa liga. Y no hace tanto, o quizá sí. ¡Ay la nostalgia! Otros lo saborearon durante una década. Lograr el ascenso no es exigible, conseguirlo y no hacerlo luego efectivo ya sería otra historia.

Las dos partes van unidas a la respuesta social. Por ahí pasa el cambio de soñar a creer. De pedir a reclamar. De ser a volver a ser. 2015 puede ser un gran año, ¿por qué no? También en el baloncesto. 

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