Opinión

Una mentira

Hacía semanas que se mentía mucho sobre el relevo o no en el banquillo del Estudiantes. Mentían los que decían que el proyecto colegial era distinto a todos los demás en la ACB y que lo que se le había 'vendido' a Diego Ocampo en verano era  innegociable. Que había que lograr la permanencia y gustar a una afición entendida pero que había que hacerlo sabiendo que no había un duro en la caja y que en la balanza pesaba tanto la apuesta por la cantera como el número de victorias. Eso sí, sin avisar que había que intentarlo debiendo nómina tras nómina. Claro, eso en la ACB eso no está bien visto. No vaya a ser.

Mentira porque de no haber ganando en Bilbao Ocampo ya habría estado fuera y el director deportivo que apostaba por el ourensano negociaba con Sergio Valdeolmillos.
La verdad es que el directivo Cesar Arranz sí puso el pecho por el club. No por el entrenador, que a fin de cuentas es secundario, si no por el proyecto que él ha mamado en Magariños. Arranz sabe lo que es el Estudiantes y quizá por eso tenía claro que la solución no era la que se tomó el domingo por la noche y se comunicó ayer por la mañana. 

El Estudiantes queda retratado. Es bonito vociferar apuestas por la cantera y criticar el peso de la cartera pero si luego imitas a los que criticas...
Es fácil aplaudir a Brizuela cuando mete triples obviando cuando se olvida de las órdenes para defender a Scott Wood. Y hará todavía mejor lo primero y lo segundo pero para eso hace falta trabajo, criterio, confianza y paciencia. Algo que el Estudiantes hace tiempo que ha perdido. 

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