Toca abrocharse el cinturón y aumentar la reserva de tila en la despensa. De aquí al 16 de junio los rumores interesados y las artimañas en la sombra serán el pan de cada día. Y ya han empezado.
El COB está avisado. Sabe que la plaza que ocupará en la ACB será la misma a la que se aferren los implicados en el descenso. Sean los que sean. Y no renunciará a ella. El club no aceptará ningún chantaje ni pondrá valor al sitio que se ganó en la pista. Ha hecho los deberes y lo anunciará en los próximos días. Que nadie dude de eso. El COB presentará el crédito con Abanca mucho antes del fin del plazo y de regalo una auditoría a prueba de chanchullos aunque esta vez ni se la exijan.
La directiva no fallará y los dueños del club tampoco. Ourense se juega muchísimo en este proyecto. Lo saben bien en Santiago. ¿Cuántos millones de euros deja la ACB en esa ciudad? ¿Cuánto han aumentado las licencias de baloncesto de base en Compostela desde que el Obradoiro está en ACB? Por no hablar de la plataforma promocional, que en el caso de Ourense es todavía más importante que en la ciudad donde acaba el Camino.
La presencia del COB en la ACB volverá a servir como impulso para la ciudad como lo hizo en su primer ascenso, en 1989. Volverá a multiplicar las canastas en la provincia y los niños con el balón en las manos. Ya pasó durante el play off del verano pasado y fueron solo unas semanas. El baloncesto ourensano vuelve a tomar impulso y la ACB será el motor definitivo que lo catapulte.
