El Pazo dictó sentencia el pasado viernes. Pidió la cabeza del entrenador como pago a una nefasta temporada en la que sólo dos partidos terminaron con victoria y ninguno de ellos con buenas sensaciones en el juego.
El palco vio y sobre todo escuchó pero se apresuró en boca del presidente a negar cualquier tipo de movimiento en ese sentido. La confianza en Gonzalo García de Vitoria es nula desde dentro del Consejo pero el escaso margen de partidos que quedan para finalizar la temporada son argumentos para los directivos suficientes para mantener a su técnico.
La directiva mantiene su intención de apostar por un proyecto de continuidad pero sabe que tendrá que buscar relevo para encabezar el trabajo deportivo. Sería un cambio de cromos pero no de filosofía. Igual que la pista en la LEB Oro masacra la credibilidad en el trabajo del club hay otras parcelas que caminan en dirección contraria. El COB ha dado importantes pasos adelante en otros aspectos y con personas contrastadas y fiables como protagonistas. Gonzalo García de Vitoria es un hombre de club y cumple a la perfección el papel que el club reclama pero los resultados lo apean y el rechazo de los aficionados lo sentencian. El COB tendrá que buscar otros Gonzalo García de Vitoria en el mercado si antes el equipo que entrena el técnico vasco no completa el desaguisado y desciende al club a la LEB Plata.
El técnico lo sabe y envía mensajes de apoyo a sus jugadores asumiendo el peso de las críticas. Ahora queda saber si los jugadores, que dieron la cara por él en Palencia, la darán por el club en las cuatro jornadas que quedan para terminar la Liga. La permanencia marcará el futuro del COB.
