Opinión

Otra estampita

Pedro Fernández llegó vendiendo un equipo para arrasar y un proyecto para ir a la ACB. Seis meses después sigue tratando de vender sus “medias verdades” y tratando de convencer con ellas a quienes no tienen ni idea de lo que pasa dentro o le da igual, pero está interesado en darle la razón aún sabiendo o sin importarle que sea todo mentira. 

Pedro Fernández habla ahora, en el mes de marzo, de que no le dejan hacer lo quiere cuando todo lo que se ha fichado desde agosto ha sido cuánto ha querido. Tratando de culpar a otros ahora que empieza a temer que el “ganar de 40” acabe en fracaso estrepitoso. Se le dejó mandar confiando en que cumpliese con lo prometido y que “el dinero no va a ser nunca un problema” para comprar el club. Lo hizo quizá pensando que en Ourense nunca habían visto un balón o un talón, e infravalorando a quienes ya estaban dentro. Pensando que cuatro que hacen ruido son más importantes que mil que guardan silencio. Quiso comprar el club con el timo de la estampita y lo pillaron. Lo pillaron los que estaban, los que mandan e incluso los que él creía que estaban de su lado. Porque al final todos saben sumar y se dieron cuenta de que 170.000 euros no son 700.000. Incluso se dio cuenta él mismo que en el mejor sus cálculos llega a 360.000… y gracias.

Hasta la ampliación de capital no dijo nada, el equipo ya perdía partidos y el puesto de entrenador estaba en entredicho. Tras la ampliación siguió igual y ahora, que por fin toma una decisión que la mayoria de aficionados apoyan, tira abajo el fichaje y da una nueva voltereta a la historia asegurando que es Camilo Álvarez quien no le deja traer al entrenador. 

El problema de Pedro Fernández es que puede engañar a cuatro, pero Diego Ocampo, la agencia que lo representa, el baloncesto español en todas sus categorías y la gente de Ourense que no comulga con sus mentiras ya saben lo que pasó ayer y lo que lleva pasando toda la temporada. 

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