Opinión

Agárrense, se vienen curvas

Semana aciaga para los mercados, el análisis de la inflación de Estados Unidos que tanta expectación había creado produjo que, en las horas siguientes a su publicación, los mercados internacionales dieran bandazos sin rumbo claro. 

La inflación en EEUU, que ha registrado máximos históricos, da un respiro a su economía al situarse en un 8,4% en abril, dos décimas menos que marzo como consecuencia de la moderación del precio de la gasolina y las menores tensiones en la cadena global de suministro. Aunque estos datos están lejos de alcanzar la normalidad, se atisba una mayor fluidez. 

¿Suenan campanas? En principio los datos apuntan a que la escalada de la inflación ha tocado techo, y esto sería una buena noticia para los mercados. No obstante, si antes del anuncio del dato de abril los principales índices reaccionaron al alza, tras conocerse la cifra final, volvían al rojo, en parte por las previsiones que auguraban un retroceso mayor y ante la duda de cómo actuaría la Fed, quién acabaría confirmando una subida de tipos. 

¿Nos acercamos a una recesión inducida por la subida de tipos de interés y reducción del balance de la Reserva Federal y el resto de bancos centrales a nivel global? Existe una teoría, que tiene cierto sentido, según la cual el único arma con el que cuentan estos organismos para luchar contra la inflación es dejar de dar apoyo a la economía para que esta se desacelere o nos aboque a una recesión. ¿Por qué? 

Además de factores como el elevadísimo volumen de inyecciones de liquidez en la economía, que unido a la reapertura tras el covid-19 empuja a los precios al alza, se dan otros que no están en manos de la Reserva Federal o del BCE. 

Hablamos de la inflación generada por factores como los problemas en las cadenas de suministro, agravados por el covid-19 en China, y la guerra en Ucrania, el alza de las materias primas agravado también por el conflicto y la escasez en el mercado de semiconductores. Para entendernos, la Reserva Federal no puede imprimir cargueros, petróleo, cereales o chips.

En definitiva, si existe menor demanda de bienes, bajarán los precios y a su vez se descongestionarán los puertos y las fábricas. Pero, ¿qué hacer con el empleo? 

Hace pocos días preguntaban en un evento con antiguos miembros de la Fed si el organismo estaría más cómodo con la inflación al 5% y pleno empleo o al 2% y con varios millones de desempleados más. La respuesta fue la segunda. 

¿Y cómo está afectando todo esto a los resultados de las empresas disparadas durante la pandemia que presentaron números esta semana? 

Disney presenta resultados semestrales arrojando buenos resultados: 41.068 millones de euros, un 29% más que en el mismo tramo del ejercicio anterior. Parte de este monto proviene de los buenos resultados obtenidos por su negocio de streaming. Eso sí, desde dentro se muestran prudentes respecto al crecimiento de su plataforma, anunciando que el número de suscriptores podría disminuir debido a la vuelta a la normalidad. Para muestra Netflix y el fuerte descenso que presentaba hace unas semanas. 

La plataforma de entretenimiento online y videojuegos Roblox, que ha sido uno de los valores tecnológicos más arrastrados por Netflix, anunciaba el martes unos resultados más débiles de lo esperado aunque con un incremento del 20% en el precio de las acciones. 

En caída libre se encuentra Coinbase, la plataforma de compraventa de criptomonedas cae un 23% tras reportar una pérdida neta de 430 millones de dólares en el primer trimestre, o de 1,98 dólares por acción, frente a un beneficio de 3,80 dólares por acción en el mismo trimestre de 2021. 

El miedo a la recesión, tiñe de rojo los mercados ¿hasta cuándo tendremos que esperar para ver la luz al final del túnel?

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