Opinión

La IA y el temor a que nos quite el trabajo ¿realidad o ficción?

La inteligencia artificial ha llegado para quedarse. Hace unos años parecía una idea fantasiosa, pero ahora es una realidad. Y no, no penséis que solo en ciertos trabajos o industrias, la IA se ha colado en nuestro día a día. Desde ir al supermercado y pagar en una caja autocobro hasta hacerle una pregunta a Siri o las recomendaciones de compra personalizadas. 

Teníamos completamente aceptado y asumido el papel de la IA en nuestras vidas, pero desde que OpenaAI presentó ChatGPT han vuelto a saltar las alarmas.

ChatGPT se considera una IA generativa, es capaz de crear contenido por sí solo a partir de sus 175.000 millones de parámetros. Ha hecho realidad la posibilidad de conversar con una máquina capaz de aprender en base a lo que le dices, algo nunca visto, pero sus capacidades van más allá. Este sistema inteligente también puede crear entradas de blog, responder a correos electrónicos, gestionar la atención al cliente, redactar comunicados de prensa o programar. Tareas que, para muchas personas, actualmente son parte importante de su trabajo. Además, está tecnología  es creativa, tiene la capacidad de pintar un cuadro, escribir una novela o componer una canción. 

Sus funciones son muy variadas y completas, pero también tiene limitaciones. La perfección no existe y aunque ChatGPT lo pueda parecer, todavía tiene mucho que mejorar. La veracidad de sus respuestas es limitada ya que se basan en la información que se le haya volcado por lo que hay que tener en cuenta sus fuentes, pueden hacer que genere contenidos “deepfake”. Otra desventaja es su tendencia a reflejar los prejuicios y las desigualdades de los datos con los que ha sido entrenado. Si los datos contienen prejuicios de género, raza, orientación sexual o políticos es muy probable que se vean reflejados en las respuestas y textos que genere. Por ahora, todo lo que este chatbot crea debe ser revisado por un humano para evitar conflictos o filtraciones de información falsa. 

Para muchos, este chat inteligente ha venido para solucionarnos la vida, mientras que otros se preguntan cuáles serán las implicaciones de su uso en el trabajo. El temor a que la IA destruya empleo está en aumento, ya no se ve como un apoyo sino como competencia.

Pero la moneda siempre tiene dos caras. ChatGPT transformará muchos puestos de trabajo, ahorrando tiempo y esfuerzo pero a su vez también creará otros nuevos. Este sistema inteligente podría facilitar el trabajo a diferentes profesionales gracias a su habilidad para solucionar problemas y su capacidad de aprendizaje. 

Desde hace unos años han ido apareciendo oportunidades  que antes no existían y ahora están en auge como los “prompt engineers”,  aquellas personas que saben hacer un buen uso de la inteligencia artificial y son capaces de sacarle el mayor partido. Lo que nos demuestra que a pesar de los avances, la inteligencia artificial no es nada sin el factor humano. 

La adaptación será clave en los próximos años para no sentirnos amenazados por la inteligencia artificial. Muchos expertos denominan este momento como “La cuarta revolución industrial”. Estos cambios no solo afectarán a la industria sino que la sociedad se verá también afectada. Llegan nuevos desafíos y con ellos nuevas oportunidades. 

Lo que está claro es que la inteligencia artificial está cada vez más presente en las compañías y debemos adaptarnos a ella, aprovechar todo aquello que nos facilita pero sin olvidar la importancia del factor humano.

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